Gobernando Zapatero, 08-09-2006/ Federación Ibérica
Publicado el 08 octubre 2014 por Cronicasbarbaras
Casi la tercera parte de los diez millones y medio de portugueses dice estar a favor de unirse a España según una encuesta del semanario lisboeta O Sol, lo que ha estimulado a los españoles más imperialistas y a los más separatistas a darle una entusiasta bienvenida a ese deseo. Los primeros, soñando con recrear los tiempos de Felipe II, piensan que la unión incrementaría en diez millones de habitantes los 44 millones de España, y en 92.400 kilómetros cuadrados su actual medio millón. Los segundos, porque saben que la acusada identidad portuguesa no se dejará absorber por la española. Situación que facilitaría el desmembramiento de España al crear una nueva Yugoslavia. Quienes se envuelven en la bandera española creyendo que muchos portugueses harían igual desconocen que generalmente sus vecinos iberistas aman, más que a España, a su prosperidad. Es un sentimiento, pues, nada altruista, lo que es bueno: con excepción de algunos amores platónicos o de marcada sensualidad, casi todas las uniones se hacen por interés. El refrán seguramente más repetido por los portugueses dice que “De Espanha non chega nin bon vento, nin bon casamento”, y parecen tener razón: observe a muchos españoles que hacen turismo en Portugal y se avergonzará de sus aires de superioridad, humillando y maltratando a sus anfitriones. Van con la soberbia del nuevo rico, bamboleándose como los mafiosos de las películas, dando gritos en tierras de gente discreta y respetuosa. País de navegantes y viajeros, observe usted a su clase política: por lo general está más formada que la española, habla más idiomas, es más culta y educada. Así las cosas, el iberismo debería ser al revés: que los españoles se incorporen a Portugal. Aportarán prosperidad y recibirán cierta grandeza perdida y, sobre todo, olvidada.
via cronicasbarbaras.blogs.com