Vendedores ambulantes que comercian productos agrícolas, conocidos popularmente como carretilleros, informaron a este medio que a partir de hoy su actividad quedaba suspendida por decisión gubernamental.
Desde este lunes quedaría prohibida la venta de productos agrícolas de forma ambulatoria registrada bajo la forma comercial “Trabajador por Cuenta Propia Carretilleros”.
La medida no ha sido dada a conocer de manera oficial. Sin embargo, varios cuentapropistas recibieron durante los últimos días la alerta de inspectores que regulan su licencia otorgada por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS).
En declaraciones para CubaNet, un carretillero que se identificó como Robert dijo que fue alertado por los inspectores sobre el inicio de la prohibición a partir de hoy. Su lugar habitual de venta es en la calle Salud, en Centro Habana.
“Me dijeron que a partir del lunes no podían vender ningún carretillero teniendo patente o no teniendo”, cuenta Robert, antes de agregar: “Dicen que uno vende muy caro, (pero) en el mercado se vende más caro que los mismos carretilleros afuera”.
Juan Carlos, un joven profesor convertido en carretillero, vende su mercancía en la intersección de Salud y la avenida Belascoaín, en Centro Habana. Pero se niega a aceptar la prohibición hasta que no la hagan oficial. “No será la policía quien me prohibirá vender porque tengo mi licencia. Tienen que comunicármelo de forma oficial”.
A finales del pasado año se dispararon los precios de los productos del agromercado. La libra de tomate llegó a costar 25 pesos (1 USD) y la de malanga 15, por citar dos ejemplos. El salario medio en la Isla es de unos 23 dólares.
El gobierno culpa al acaparamiento y ocultación de mercancía por parte de transportistas y administradores. A finales de año suspendió la entrada a la capital de los camiones que cargaban la mercancía hacia los agros no estatales.
Esto provocó el alza de precios y un marcado desabastecimiento en los últimos meses del 2015 y la primera semana del 2016.
A Ernestina Pérez, residente en Mantilla, municipio Arroyo Naranjo, le “parece bien” la medida tomada con el comercio de productos agrícolas. “Así van a bajar los precios (…) porque serán menos los intermediarios”.
Dagoberto Baró, quien precisó que es vendedor de productos agropecuarios desde antes que se otorgaran las licencias expresó a CubaNet: “Yo tengo una pila de años vendiendo, con policía y sin policía (…) Los camioneros son los que nos venden caro: la caja de tomate nos la están vendiendo a 500 y 600 pesos, a 20 ‘fulas’ (CUC, equivalentes a dólares). Una pila de chamacos nuevos comenzaron a comprar la mercancía ‘a trocha y mocha’, por eso los productos subieron; entonces el guajiro se aprovechó”.
“Nosotros comprábamos la malanga a tres pesos. En dos días subió a cinco, al otro a ocho y a diez pesos (…) Yo vendo el tomate a 12 pesos pero me fajo con el camionero para que me venda la caja a 400 pesos”, dice Baró.
No pocos consideran que los carretilleros funcionan como una especie de mensajería, que opera hasta entrada la noche.
Marlen Clara Peralta, residente en Centro Habana, considera que no hay mucha diferencia de precios entre los cuentapropistas y los mercados agropecuarios estatales. “Se buscan el dinero de forma honrada y trabajan hasta pasada las 10 de la noche. Te llevan el producto hasta la puerta de la casa, eso se paga”, dijo.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Investigación (ONEI), de enero al mes de septiembre del 2015, los carretilleros vendieron 570,8 millones de pesos, superando otras formas de comercialización.
El periódico capitalino Tribuna de La Habana, en su edición de este domingo, abordó el tema del reordenamiento de las formas de ventas de la red agropecuaria. Según el medio oficial, las medidas se inclinan incrementar el número de establecimientos del Mercado Agropecuario Estatal (MAE) en los consejos populares de la capital, para establecer precios topes.
Este incremento de mercados estatales tiene el fin de eliminar, ya sea por la competencia de precios o las suspensiones, los puntos de venta, mercados arrendados de oferta y demanda, y los que ahora encabezan la lista de la prohibición no declarada: los carretilleros.
Ernesto Acosta, residente en Párraga, Arroyo Naranjo, considera que la eliminación de los carretilleros encarecerá los productos agrícolas en el mercado negro. “Una vez más se está equivocando el gobierno. La gente va a seguir vendiendo, ahora de forma ilegal, y el riesgo lo tendrá que pagar en dinero el pueblo”.
Rubén Martínez del mismo municipio, es mucho más incisivo: “Los gobernantes no necesitan ir al mercado y mucho menos comprar a un carretillero”.