Gobierno de la Iglesia -Parte 1

Introducción

“En el principio creó Dios…” (Génesis 1:1). De esta forma inicia la revelación divina haciendo una presentación asombrosa de Dios como el Creador. Ésta creación, que resulta de la acción divina, tiene un propósito definido, el cual es detallado por Pablo en Colosenses 1:16-17, cuando escribe, “todo fue creado por medio de él y para él” (las cursivas son mías). Implícitas en la creación descrita aquí se encuentran las tres instituciones establecidas por Dios: la familia, el gobierno y la iglesia. Y aunque Dios es la autoridad final de todo, en cuanto a la iglesia, él ha establecido principios para que cumpla su misión en la tierra; sin embargo, a través de los siglos, hemos visto mucha confusión en cuanto a la aplicación de esos principios de gobierno, lo que no solo ha provocado división, sino que además ha traído vituperio al nombre de Cristo. El propósito de este ensayo es demostrar a la luz de la Biblia, la forma de gobierno establecida por el Señor, y contrastarla con los estilos erróneos de gobierno que, aunque ostentan sustento bíblico, no lo tienen.

Naturaleza de la Iglesia

El término iglesia proviene del griego ekklesa que, como escribe el Dr. Torres, “viene de ek y kaleo, que significa “llamar fuera” o “convocar” a una asamblea. Su significado es, entonces, una asamblea o congregación convocada a un lugar con un propósito específico”.[1] Ya en el contexto bíblico, como dice Küen, “en el Nuevo Testamento la iglesia es siempre el pueblo de Dios, la comunidad de los Santos, de los escogidos, la asamblea de los creyentes, los creyentes reunidos” [2].

Habiendo considerado el concepto, es necesario resaltar también que la iglesia tiene una forma de gobierno, que para desarrollarse en forma correcta, es menester comprender lo siguiente: (a) Cristo, como cabeza de la iglesia (Colosenses 1:18), es la autoridad suprema en todos los asuntos que le competen; (b) Cristo estableció pastores que dirijan la iglesia con el fin de perfeccionarla y llevarla a la madurez (Efesios 4:11-16); y, (c) la Palabra de Dios es la única regla de fe y práctica en todo asunto eclesiástico (2 Timoteo 3:16-17; Hebreos 4:12). Con esto en mente, veamos los tipos de gobierno que diversas denominaciones utilizan, y en qué se fundamenta su idea.

[1] José Luis Torres, “La Socavación de la Iglesia”, Apología Digital 1, no. 5 (2018), 14, https://es.calameo.com/read/0055211705fa4029 e7fc5 (consultado: 30 de mayo, 2019). [2] Alfred Küen, Introducción a la Eclesiología: La Iglesia según el plan de Dios (Terrasa, Barcelona: Editorial CLIE, 2001), 63.