Desde el sexenio de ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, así como el actual y saliendo gobierno de Enrique Peña Nieto, uno de los temas primordiales de sus respectivos mandatos fue el de combatir al narcotráfico, es decir, erradicar y/o controlar el comercio y trafico ilegal de sustancias psicotropicas y estupefacientes en grandes cantidades.
Se destinó un presupuesto histórico monetario destinado a este rubro, en donde participaron militares, marinos, policía
s federales, estatales y municipales, así como cuerpos especializados extranjeros, donde hasta hoy en día, vemos patrullando en las calles, segregando pequeños grupos narcomenudistas y en ocasiones diversos “grandes capos” de la droga.Los gobiernos describen y fomentan el siniestro como un tema de seguridad pública nacional, y hacen todo lo posible por que ese problema no siga afectando a las familias de nuestro país, luchando incansablemente para lograr su objetivo, pero, ¿A que precio? ¿El problema disminuyo?, Ustedes lectores podrán hacer un criterio de valor, sin embargo sabemos a ciencia cierta que el problema persiste y en mayor dimensión.
En primer instancia, las personas que son reclutadas en los organismos ilegales buscan un empleo en donde se gane “dinero fácil”, encendiendo una alerta roja en su familia y comunidad; la desesperación por obtener un trabajo, en muchas ocasiones, nos llevan a tomar decisiones incorrectas y peligrosas.
Hemos constatado que esta absurda guerra al narcotráfico, más bien parece una obra de teatro a gran escala, donde vemos siempre la misma historia: Un cartel crece, mueve millones de toneladas de droga, así como cantidades exuberantes de dinero, gozan un tiempo en donde están “controlados” por arreglos
entre el mismo gobierno y los lideres de las federaciones ilegales; sin embargo cuando la sociedad comienza a expresar su negatividad ante dichas situaciones, es cuando el gobierno “hace algo” para remediarlo, declarando la “guerra” al narcotráfico; sin embargo sabemos que son nuevos arreglos y disposiciones entre las cabezas institucionales.
Cuando se registra un enfrentamiento de combate al narcotráfico, mueren y derraman ríos de sangre decenas de personas que defienden a los carteles así como cuerpos de seguridad pública, y en ocasiones terceros ajenos a dichos enfrentamientos; después sale una nota a nivel nacional que el gobierno mexicano dio un paso mas en el combate al narco. Después siguen dando mas golpes, en donde pasa la misma
situación, cada vez a mayor escala, hasta dar con un lider, en donde ya confirman su victoria inminente.
En los dos últimos sexenios se ha visto el mayor número de homicidios y violencia por este combate al narcotráfico, y no existe una paz como los grandes lideres lo pintan, las calles son inseguras, la compra y venta de drogas sigue en aumento, así como los grupos y capos del país y del resto del mundo; entonces si combatirlos directamente no es la solución ¿Cual es?……..
Considero que la clave debe en no solamente considerar el fenómeno en seguridad pública, si no también de salud pública, razón social, educativa y valores.
Si combatimos y apoyamos a nuestra misma sociedad con programas intensos de apoyo remunerados por el gobierno, en temas de adicciones en todos los niveles educativos, apoyo en los centros de internamiento para adictos intensificando la muestra de apoyo con especialistas preparados, así como crear en esas mismas instituciones un espacio en donde las personas de la calle que no puedan pagar su rehabilitación sean apoyadas con la misma intensidad, brindar atención diaria de todos los temas en colonias focalizadas en donde las familias cuenten con factores de riesgo y no de protección. Hay mucho por hacer y trabajar, no seamos uno mas del montón y brinda apoyo a esa persona que viste hoy en la calle, limpiando carros, a ese “tecato” o “loco” que tu dices que si le das dinero es para drogarse, ayudalos no solo con una moneda.
Nuestro gobierno debe de combatir este delicado y gran problema con inteligencia, sin violencia innecesaria y sin generar mas inseguridad en nuestra sociedad, así como de la mano de nosotros mismos creando una conciencia colectiva y apoyo a las personas que lo requieren.