Hace unos días el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, se reunió con los afectados de talidomida de su país para una nueva indemnización. También la semana pasada el gobierno canadiense decidió conceder una otra indemnización a estas víctimas. ¿Qué ocurre en España? Que es el único país que olvida a las víctimas del laboratorio Grünenthal, fabricante del fármaco.
Así es, en el Reino Unido van a seguir la estela de Alemania, país de origen del laboratorio que desarrolló la talidomida que ya indemnizó hace años a las víctimas teutonas. En UK existen 469 supervivientes al fármaco que se usaba para la smestias del embarazo y que provocó malformaciones y muertes en miles de personas hace ya mas de 50 años.
Si no entiendo mal la noticia del Sunday Times, lo que piden estas personas es que se les indemnice con nueve millones de libras provenientes de fondos del Gobierno alemán para sus tratamientos.
En Canadá, según la ministra de Salud, se le concederá a cada víctima una suma global libre de impuestos de 125.000 dólares canadienses (unos 98.000 dólares) para cubrir la atención médica de emergencia. El gobierno también desbloqueará 168 millones de dólares
para una asistencia médica permanente a largo plazo para los sobrevivientes”. Las primeras indemnizaciones a las víctimas de este medicamento en Canadá fueron concedidas en 1991, pero “el gobierno piensa que tenemos la obligación moral de ayudar a los sobrevivientes de esta tragedia, subrayó la ministra.
Alfonso Alonso, ministro español de sanidad.
Obligación moral. ¿En España no existe eso? Aunque el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, declaró hace poco en la prensa que “la Seguridad Social está buscando soluciones para los talidomídicos españoles”, esta institución no ha confirmado nada a la Asociación de Víctimas de la Talidomida en España (Avite).
Estos sienten que les están mintiendo: no están buscando ningún tipo de solución. ¿Quién miente?”, argumentan.
En España los supervivientes al medicamento han recogido el cariño y apoyo de la población, de ayuntamientos como el de Olvera (Cádiz) que ha declarado empresa non grata a Grünenthal y de profesionales sanitarios que han pedido boicotear los medicamentos del laboratorio alemán.