Revista Opinión

Godox iM30: fotografía con diseño retro y funcionalidad manual

Publicado el 03 octubre 2024 por Johnny Zuri @johnnyzuri
Godox iM30: fotografía con diseño retro y funcionalidad manual 2

El Godox iM30 revoluciona la fotografía con su diseño retro y funcionalidad manual”

El Godox iM30 es más que un simple flash: es un guiño al pasado con las prestaciones del presente. Con su estética retro y compacta, este pequeño pero robusto accesorio promete convertirse en la herramienta predilecta de los fotógrafos que buscan un equilibrio perfecto entre portabilidad y control manual. Un soplo de aire fresco que evoca la era de la fotografía analógica, sin perder de vista la exigencia de calidad y precisión de la era digital. Y todo esto, con un precio que raya la tentación.

Un diseño retro que enamora a los nostálgicos

Con apenas 78 gramos y unas dimensiones de 6,1 x 5,2 x 4,5 cm, el Godox iM30 entra sin esfuerzo en la palma de la mano, haciendo que los días de cargar con equipos pesados parezcan un mal recuerdo. Su estética cuidadosamente diseñada recuerda a los flashes de cámaras de antaño, pero con la capacidad de funcionar en cámaras modernas como las de FujiFilm y OM Digital Solutions, que apuestan por revivir esa elegancia vintage. Así, este flash no solo ilumina, sino que embellece y complementa la cámara con la que se empareja.

Manual y sin complicaciones: pura esencia para los puristas

A diferencia de otros modelos sobrecargados de funciones y automatismos, el Godox iM30 se mantiene fiel a su esencia: simplicidad absoluta. Aquí no encontrarás conectividad Bluetooth, ni configuraciones remotas, ni el bullicio del control inalámbrico que caracteriza a otros productos de la misma marca. Este flash se controla exclusivamente mediante un dial manual en la parte superior, que permite ajustar la potencia en siete niveles, desde 1/64 hasta la potencia completa (1/1).

“La ausencia de automatismos no es una desventaja, es un acto de rebeldía.”

Este flash exige al fotógrafo pensar, medir y ajustar, como si fuese un desafío personal a dominar la luz en cada disparo. Una opción atractiva para quienes sienten que los automatismos, aunque útiles, pueden a veces robar la verdadera creatividad del proceso fotográfico. La temperatura de color de 6.500 Kelvin se mantiene constante, proporcionando tonalidades naturales que hacen que cada fotografía conserve un carácter único.

Una potencia sorprendente en un formato diminuto

A pesar de su tamaño compacto, el iM30 presume de un número guía de 15 a ISO 100, lo que lo posiciona muy por encima de los flashes integrados en la mayoría de las cámaras actuales. El resultado es una luz de relleno suave pero efectiva, que puede marcar la diferencia en retratos y tomas de primer plano. Con hasta 230 disparos a máxima potencia utilizando tan solo dos baterías AAA, este pequeño titán es capaz de ofrecer sesiones prolongadas sin interrupciones.

Compatibilidad y adaptabilidad sin límites

Uno de los puntos fuertes del iM30 es su versatilidad. A diferencia de otros modelos que solo funcionan con sistemas propietarios, este flash se conecta con cualquier cámara que cuente con un contacto central estándar, sin importar la marca o el modelo. Esto lo convierte en un accesorio imprescindible tanto para cámaras analógicas antiguas como para modelos actuales, adaptándose con agilidad a distintos estilos y necesidades fotográficas.

¿Retro o futurista? La tendencia de lo sencillo está aquí para quedarse

En un mundo de productos saturados de funciones, el Godox iM30 demuestra que a veces menos es más. Es un flash diseñado para quienes disfrutan del control manual, de la precisión y del placer de crear sin ayuda de algoritmos ni automatismos. Mientras muchos productos del mercado se centran en ofrecer cada vez más conectividad y funciones futuristas, el iM30 apuesta por una filosofía diferente: la vuelta a lo esencial.

Un precio tentador para un imprescindible de la fotografía retro

Aunque su llegada oficial al mercado se espera para octubre, este flash ya se puede preordenar a un precio aproximado de $34,90, lo cual es un regalo para cualquier entusiasta de la fotografía vintage. Pero la pregunta es: ¿podrá un diseño retro y una operación manual cautivar a los fotógrafos que están acostumbrados a equipos automatizados y sistemas de control remoto? La respuesta podría sorprendernos. Porque en un mundo cada vez más digital, el Godox iM30 es una reivindicación de la sencillez y la manualidad.

Un guiño al pasado que ilumina el presente

El iM30 nos recuerda que la fotografía, en su esencia, es capturar la luz y el momento, y no tanto depender de gadgets que decidan por nosotros. La belleza de lo manual es que no hay atajos, no hay comodidades: solo el fotógrafo, su cámara y un pequeño flash que, a su manera, desafía las normas establecidas.

Así que, mientras otros flashes luchan por innovar con características cada vez más complejas, el Godox iM30 se destaca por hacer todo lo contrario. Y quizás ahí radica su verdadera innovación.


¿Estás listo para volver a lo básico y redescubrir la magia de la luz manual?


Volver a la Portada de Logo Paperblog