Revista Opinión
Goebbels y Dulles, prensa y propaganda, siempre la letra fue compañera del imperio (II)
Publicado el 16 junio 2012 por RomanasUna mentira mil veces repetida=una verdad: Goebbels.
Hay que invadir todos los espacios, corromper y pervertir todas las instituciones, todos los organismos, para que no quede un sólo resquicio por el que pueda filtrarse un rayo de verdad, de justicia, de equidad, que no haya en todo el universo, algo en que pueda apoyarse la honradez, perseguir, hasta su total extinción sobre la tierra, toda posibilidad de que una idea de verdad y de justicia pueda anidar en el corazón de los hombres porque este mundo no es sino el infierno y en el infierno no puede existir el menor atisbo de bien alguno: McNamara, Kisinger, Dulles.
Todo lo que apunte a social es demoníaco y hay que extirparlo como sea, si es el director gerente del Fondo Monetario Internacional, FMI, esa institución en la que se concitan todas las tendencias opresoras de la humanidad, y no se sabe cómo ha llegado hasta allí un tipo con pretensiones socializadoras, Dominique Strauss Kham, se le tiende la correspondiente celada y se le destruye con la vieja técnica de la conspiración sexual, de modo que quien va a llegar al poder en Francia, siguiendo ese movimiento pendular de la historia derecha<>izquierda no es sino un supermoderado Holande que a todo lo que se va a atrever es a anunciar que va a apresurar la retirada de las tropas francesas de Afganistán y a jubilar a la gente a los 63 años y no a los 67, algo muy parecido, pero en tono menor, a lo que hizo aquel conato de rebelde que se llamó Rodriguez Zapatero, que retiró a sus tropas de Irak, actos puramente simbólicos, como se ve, que no conducen a otra cosa más que al ridículo.
Porque donde realmente se sigue decidiendo el destino del mundo es en la economía, estúpidos, y ahí la marcha de la historia es más inexorable que nunca si es que esto se puede enunciar así, de manera que las tesis más liberalfascistas de la ultraderecha más retrógrada se imponen ya sin ninguna clase de discusión en el mundo y así la directora del FMI, la tal Lagarde, después de asustarnos a todos con la amenaza de que apenas si quedan 3 meses para que este mundo tan dominado por las tendencias socializadoras acabe de hundirse, interviene decididamente en el caos español propugnando que la culpa de todo lo que aquí ocurre no es de la pésima administración de una serie de gobiernos de la ultraderecha que han practicado la táctica cerril de que todo el monte es orégano, corrompiendo y exprimiendo contra toda lógica los buenos negocios como el de la construcción hasta hacerlo explosionar como la peor de las burbujas, sino que continúan practicando las mismas técnicas corruptoras para resolver el problema que causaron con su insuperable corrupción y así, cuando el escándalo de Caja Madrid/Bankia les estalla en sus corruptas manos, primero dicen que la empresa sólo ha ganado 300 millones de euros, luego, que ha perdido 3.000, después que realmente son 17.000 y, por último, que 23.000. Todo ello con la única pretensión de que su hombre estrella, (aquel tipo tan bueno desde el punto de vista de la dirección económica que, 1º, fue el mejor ministro de toda la historia de España, autor indiscutible del llamado milagro español, el inefable Rato, de la mano del no menos milagroso e inefable Aznar, y, luego, fue elevado a los altares del propio FMI, de donde tuvo la decencia de salir por piernas cuando comprobó que allí, él, estaba más despistado que un pulpo en un garaje), no acabara como lo que realmente es, el supermalo de la película, de manera que no tuvieron más remedio que echar mano apresuradamente a un buen chivo expiatorio que, naturalmente, fuera o se dijera socialista, el genial MAFO, mandamás del Banco de España, bajo cuya supervisión dicen ahora Rajoy, De Guindos y el risueño Montoro, se incubó claramente el desastre que nos aflige que, además, fue iniciado por aquel imberbe Zapatero, que se empeñó en negar la crisis, pecado original de todos los males, a pesar de que este pobre hombre se plegara mansamente a las órdenes que le impartieron Obama y Merkel, de modo que Rajoy, la S. De Santamaria "et alteri" no tuvieron empacho alguno en culparle, entonces y ahora, de ser realmente el único culpable de una intervención de la UE que entonces sí que se produjo pero ahora no, sólo porque así lo dicen ellos que, como todo el mundo sabe, son los portadores, junto con su Santa Iglesia, de la verdad verdadera, es decir, absoluta.
De modo que el desastre de Caja Madrid/Bankia es culpa de Ordoñez, en ningún caso puede serlo del hombre que la presidía, el tal Rato, y sólo porque aquel malvado no la vigiló, como era su obligación, bien, lo que exculpa definitivamente incluso a los auténticos autores del desastre: el inefable Blesa, el hombre de paja de la siniestra Aguirre, y Rato, el sin par Rato, el superman económico de la ultraderecha aznarista, que nada pudo hacer el pobre por evitar el desastre que salir corriendo por piernas, otra vez, como ya hiciera del FMI.
Pero, hablando del dichoso FMI, decíamos que la tal Lagarde, para resolver el desaguisado montado por sus queridos cómplices correligionarios en España, que ha concluido con la explosión/implosión de un rescate que los mismosque lo han pedido de rodillas nos dicen que no lo es, no ve otra manera, para que dentro de 3 meses no nos coja el toro, que subir el Iva y bajar los sueldos, una receta tan manida ya que hasta la portera de Núñez, aquel memorable presidente del Barça, cuyas decisiones siempre consultaba con la referida señora, habría aconsejado con la misma soltura, porque de todos es sabido que los que pagan el pato en unas sociedades liberalcapitalistas bien organizadas no son los culpables de los desastres a los que se jubila con insuperables retribuciones sino los pobres ciudadanos que sufrirán, al propio tiempo, un doble flagelo, ya que, por un lado, tendrán que pagar todo lo que haga falta a través de la subida del Iva, y, lo que no parece ya tan claro, es cómo van a poder hacerlo si, una vez más, les bajan los sueldos.
Y es que éste es el manual de economía de estos maravillosos estudiantes, hijos de las clases superdominantes, que no se esfuerzan en estudiar mucho, para qué, si, al final, los grandes puestos de la Administración Pública serán siempre para ellos, hagan lo que hagan.
Mañana, si Dios quiere, seguiremos.