Voy a dormir por mil años
bajo las aguas del mar,
y cuando al fin me despierte
y me incorpore a mirar,
gigante de roca y limo
chorreando pescado y sal,
el mundo que había conocido
habrá vuelto a empezar.
La humanidad se ha extinguido,
me dirá algún animal;
casi nos lleva consigo
a la gran sima abisal
donde se hundió sin remedio,
víctima de su propio mal.
Yo era un humano extinto
antes de fosilizar.
Y subiré a una montaña,
y me sentaré a contemplar
el mundo virgen de nuevo
y el inmenso y limpio mar
donde los huesos del hombre,
libres ya de todo mal,
mudan del blanco al pardo
y le dan base al coral.
Y me quedaré allí sentado,
gigante de piedra y cal
verdeado por el musgo,
dándole nido al milano
y escondite al alacrán,
yo que un día fui humano.
Contemplando el horizonte,
gigante por fin en paz.