En base a lo que se tiró en aquel lugar de la provincia, Enrique Martín, uno de los últimos presidentes de la Diputación de Palencia, hizo amago de llevar una solución al Golobar, un parador de invierno que la misma Institución, siendo presidente Angel Casas Carnicero, comenzó a construir allá por la década de los 70 del pasado siglo.
Lo he contado aquí y lo he contado en otros sitios, no por vanagloriarme de contarlo, que vergüenza me da, sino porque lo sepa también la gente más joven y no se vuelva a cometer la torpeza de hacer castillos en el aire.
Para que nos entendamos. El parador del Golobar fue en Palencia como el aeropuerto ahora en Castellón. Torpes mausoleos a la memoria de quien apostó por ello, sin que sepamos bien , en nuestro caso a qué se debió la paralización de las obras cuando se había hecho lo más costoso: una carretera mejor que muchas de las que ahora se utilizan, se había subido la luz y estaba en pie el edificio, que los desaprensivos y viandantes se dedicaron a llevarse a trozos sin que nadie moviera un dedo para detenerlo.
A quienes les gusta pasear por la montaña, y llegan hasta este lugar de la Sierra de Brañosera se les caen a pedazos todas las promociones que ven de la provincia, pues todo lo reunía aquel lugar incomparable. Lugar ideal para grandes paseos, vista espléndida de lo inconmensurable, estupendo rincón para practicar el esquí en invierno, sin que exista la tentación de construcciones paralelas a casi 2000 metros de altura, y por lo tanto, la oposición de grupos y personas, que nadie lo preguntó en aquellos años.
Felipe Calvo, un palentino universal le dedicaba un excelente artículo al mejor establo del mundo, en la Sierra de Hijar, un hotel ocupado ahora por los animales. Y hace la observación en nuestro diario para que alguien vuelva la cara, limpie y acordone el espacio para que puedan retomarse en algún momento los trabajos. Que se le pueda dar al sitio un mínimo de atención que evite su desmantelamiento definitivo, destrucción que ya habían anunciado en 2008. Pero han pasado los años, han pasado los hombres y nadie de los que habitan aquella Institución se ha dignado poner orden y concierto. Una burla al contribuyente y un proyecto que sólo ha visto promesas incumplidas.
Para la sección La Madeja, en "Diario Palentino" y Globedia.