Johnny es un joven buscavidas que forma parte de una red clandestina, dedicada al tráfico de bebés muertos. Max, un agente de policía envuelto en distintas tramas de corrupción. Luz, una vendedora de almendras que se prostituye para mantener a su familia. Héctor, un alcohólico que cierra los bares junto con su amigo Henry Chinaski (alter ego del autor americano Charles Bukowski, muy presente en la obra).
Entretanto, Mercedes llora la muerte de su hijo. El Dr. Fark coordina las acciones represivas de la política local. Sandra sale de la oficina. Suena el teléfono de un alto cargo. María muerde un pedazo de magdalena. Luisa prepara café. Rubén espera la horca. Paulo acelera por la autopista, con un cadáver en el maletero.
"Golondrinas muertas en la almohada" transcurre en la ciudad imaginaria de Tucumán, un lugar en el que la legalidad, la ilegalidad, el poder y la miseria confluyen y se entrecruzan constantemente. Imágenes, acontecimientos y personajes se suceden de manera aparentemente inconexa, pero en su desarrollo irán desvelando las relaciones que mantienen entre sí.
Encuadernación: Tapa blanda
Una novela cortita, pero es densa. Su lectura no es fácil, cuesta meterse en materia dado que existen muchos adjetivos y descripciones más que diálogos que en ocasiones dificultan la lectura
No con ello quiero decir que la historia sea mala, en ella no vamos a encontrar una única historia, son varias que se entremezclan entre ellas según va avanzado la trama. A priori parece que no tienen nada que ver una con otra. El tener hilos entretejidos hace que el lector siempre se decante por una en concreto, o por lo menos eso me ocurre a mí, alguna es la que te engancha más.
Para ubicarnos cada historia está encabezada por el lugar dónde ocurre y la hora y la fecha. Y el ritmo es continuo y la trama es buena se va liando poco a poco por lo que una vez metida en ella vas disfrutando.
Los personajes al ir narrándolos poco a poco es más fácil hacernos una idea de ellos, nos los va presentando por su forma de vivir el día a día, sus actos y sus conversaciones. Aunque hay bastantes los protagonistas principales no son tantos.
El final tal vez no sea del agrado de todo el mundo, es una novela muy cortita y en este caso unas páginas más no hubiesen sobrado. Pero el problema radica como he comentado en el estilo de la narración y es una pena porque cuesta subirse al barco pero una vez estás navegando y te acostumbras se lee de otra forma, si se depurara un poco tendría más aceptación. No es que haga muchas descripciones es que también narra lo que hacen los personajes de una forma minuciosa y en ocasiones eso perjudica porque el lector se aburre. No obstante merece la pena leerla, la corrupción podríamos decir que es el hilo conductor, pero también el afán por labrarse un futuro y en el fondo que cualquiera tenemos un precio si por cumplir los sueños se trata. Es dura, enseña la oscuridad del ser humano y que los billetes son muy importantes... Por tanto da para pensar
Podríamos decir que el estilo del autor es el realismo, aunque con sus notas de misterio.
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