
"La primera mitad de mayo transcurrió con el viaje desde Tula hasta el Cáucaso. El diecisiete, María von Krüdener, llegó a Kislawodks, donde esperaba encontrar noticias de su marido. Este había huido a Persia al estallar la Revolución en el frente anglo-ruso. Hacía ya cinco meses que no tenía ninguna noticia de él."
Cuando una editorial comienza una colección, al igual que cuando se descubre a un nuevo autor, hay una curiosidad por ver la línea, el estilo, el avance. Por eso y tras un perturbador primer título, tenía curiosidad por ver como avanzaban estos Ineludibles. Y por eso precisamente, hoy traigo a mi estantería virtual, Golowin.
Conocemos a María von Krüdener en plena Revolución Rusa. Su marido ha huido y es ella quien, acompañada de sus hijos y un puñado de sirvientes, emprenderá un viaje para reunirse con él al sur. La acompañaremos durante su viaje, en el que conocerá a un hombre llamado Golowin con el que descubrirá que hay revoluciones que se producen en el interior.
Una vez más estamos ante una novela corta o relato largo que apenas supera las cien páginas, y que tampoco necesita más para relatar una historia. El autor, situándose en una época de cambios, nos invita a descubrir el caos que supone una guerra civil a través de un viaje. El viaje de esta mujer, María, no es sólo el de una esposa en busca de su marido, sino también el reflejo de una clase social que se vio empujada por el momento en que vivía a una situación límite. En su primera parada, en el hotel, queda patente lo absurdo de la fiesta, de la costumbre que se intenta mantener en una suerte de burbuja de quien intenta por todos los medios seguir siendo ajeno a lo que sucede en las calles. La segunda parte del viaje será en tren, un tren en el que María, junto al grupo de personas con el que viaja, se verán privados de todo privilegio, recluidos, hacinados y, aún así aún habrá quien se siga sintiendo seguro de la posición que el nombre o el dinero le pueda otorgar. Todo un cambio, un movimiento vivido en una sociedad, que el autor sabe reflejar perfectamente en apenas un puñado de páginas.
Pero más allá de lo que el lector quiera ver en estas líneas, la novela mantiene una historia con un hilo cuya principal protagonista es una mujer segura de sus líneas, de su fortaleza o tal vez su honor. Esta mujer que no ceja en su empeño por llegar a su destino y que se ampara en los pilares de lo que ella ve como sus convicciones, se topará con un hombre joven llamado Golowin. Y es aquí donde tal vez penséis que se abre la puerta a un romance propio de folletín, pero no. La relación entre Golowin y María se limitará a una noche, una suerte de duelo entre cuatro paredes, ocultos del mundo, en la que las palabras serán las protagonistas. A estas alturas ya conocemos a María, una joven que cambió modelada por el tiempo, la posición y quien la acompañaba, hasta convertirse en la mujer que es hoy. Y por eso seremos testigos de excepción al espectáculo que nos ofrece Wassermann en una conversación que, por sí sola, ya justificaría la lectura del libro. Una época de cambios, en las calles, en las gentes y en el interior de algunas personas: pilares que se creían seguros y, ante una buena sacudida, se tambalean. Eso es Golowin: una gran historia.
Y vosotros, ¿también sois fieles a determinadas líneas editoriales?
Gracias
