Un temblor de esta magnitud no solo ocasiona daños materiales a viviendas, y es factible que cobre vidas humanas, y pensaríamos que a los cultivos agrícolas en pleno valle no deberían de verse perjudicados, y es correcto, no les perjudica de manera directa, pero los efectos secundarios son de lo más perjudicial que puede haber:
a. El temblor dañó la red hidráulica del valle, rompió canales que transportan el agua en un valle donde predomina el riego por gravedad. Suponemos que los campos de cultivo regados por medio de pozos individuales esos no resentirán la falta de agua, salvo que las tuberías se han roto, tanto para la extracción del vital líquido como para su conducción.
b. Daña los caminos por donde deben salir las cosechas, si no se repara a tiempo un camino de acceso a un cultivo de hortalizas por ejemplo, no hay forma de guardar el producto en el campo unos días, estos terminan madurándose de más, ya sea en la planta o en sus cajas.
c. Pega en algo muy valioso que es imposible de cuantificar: El ánimo de los agricultores, es difícil realizar labores productivas viendo desastres al rededor.
Hoy he leído en la prensa una nota donde se señala que se estima pérdida total en los cultivos en pie en el valle de Mexicali, ese es otro detalle, no hay seriedad de parte de los productores, no es posible que en verdad el 100% de las cosechas se pierdan, imposible hablando de Trigo, Alfalfa, Algodón y Hortalizas, se reducirá y en algunos casos de manera dramática la producción, pero si habrá predios que se acerquen al promedio de cosecha esperada antes del sismo. Supongo que hay cultivos que ya no requieren en este momento riegos de auxilio o tienen pozos funcionales a la mano.
Que los campesinos y agricultores de esta parte del país no hallen la puerta es una situación que ya prevalecía antes del sismo, este fue solo un catalizador, el campo mexicano hace décadas que está en crisis, hay solo excepciones y que son empresas tecnificadas y lo que es más importante, con canales adecuados de comercialización.
Al final, es necesario que las autoridades y organismos de apoyo al campo del actual gobierno, revisen a fondo la problemática de estas personas y se les apoye hasta donde sea posible, pero que si se les apoye, hay que cuidar y subsidiar al campo como lo hacen los países industrializados, México no tiene de otra.
En México la agricultura no es una opción para varios millones de personas, es su única forma de vida.