De acuerdo a las últimas informaciones, el gobierno norteamericano está organizando la sustitución de Mubarak por un gobierno encabezado por Omar Sulaiman, el vicepresidente recientemente designado por Mubarak, jefe efectivo de los servicios de espionaje y seguridad, y principal enlace con los servicios y el gobierno de Israel. Sulaiman compondría un gabinete con oficiales de las fuerzas armadas. Este gobierno de recambio se encargaría de pilotear la llamada transición, o sea la preservación del régimen político actual.
En estas condiciones, el gobierno de Estados Unidos ya tiene el acuerdo de Israel para negociar con los hasta ahora temibles Hermanos Musulmanes y hasta para dejar de lado al liberal El Baradei, a quien se le reprocha una posición pro-iraní cuando ejerció la jefatura de los inspectores de la AIEA (Agencia Internacional de la Energía Atómica). La salida que buscan los Obama y los Clinton es una mascarada que desvirtúa su constante apelación a la vigencia de la democracia.
El paso al costado del desahuciado Mubarak expresa el fracaso de las bandas paramilitares y parapoliciales en la tentativa de ahogar la revolución popular. El golpe de palacio en marcha, sin embargo, no servirá de nada, pues está lejísimo de las aspiraciones mínimas de las movilizadas masas egipcias y del conjunto del mundo árabe y musulmán.
Repudiamos el golpe yanqui en marcha y exigimos al gobierno argentino, que se viste con ropaje nacional y popular, que lo denuncie y repudie. Llamamos a participar en todas las movilizaciones de apoyo al pueblo egipcio, por la victoria completa de la revolución en curso.
Jorge Altamira