Muy grande. Así fue la novela de Saviano, y así está siendo mi experiencia con la adaptación (muy libre) para la televisión de 'Gomorra', la historia sobre la camorra napolitana, su día a día, contada con la crudeza necesaria sin olvidar que, al fin y al cabo, el objetivo primero de una serie es enganchar al espectador con una buena historia. Y lo consigue de sobra. Además, ya han anunciado que tendrá segunda temporada.
Gomorra
2014-
Cuando leí la novela, una de las primeras cosas que pensé es que daba para una serie. Se hizo una película, sí, pero fue insuficiente. Hacer una serie sobre la Camorra, con todo lo que se puede contar de la mafia napolitana, es un filón que estaba por explotar. La serie no es la novela, aclaremos, sino que está basada en ella y en el mundo que en ella se describe.
Cuando se habla de mafias, siempre nos acordamos de la Cosa Nostra, en Sicilia, y de los mafiosos italoamericanos como Al Capone y, mucho después, de 'Los Soprano'. Se puede decir que hablamos de la aristocracia mafiosa. La Camorra es harina de otro costal, y en esta serie, con solo unos minutos de visionado, tenemos bastante claro a qué nos referimos. Digamos que los camorristas son un poco menos... elegantes que sus vecinos sicilianos. Por poner un ejemplo: cuando se produjo la serie, la Carmorra exigió a la productora cobrar por dejarles grabar en algunas localizaciones. Telita. Además, la emisión de la serie no sentó bien a mucha gente. A alguno le molestó que usaran su nombre... Y a los políticos italianos tampoco les hizo mucha gracia que la historia de Saviano se conviertiera en serie. Lo importante es que las audiencias le dieron su respaldo y gracias a eso podremos seguir con ella una segunda temporada.
'Gomorra' tiene una buena base: la novela (y la realidad), y al equipo que llevó a la televisión 'Romanzo Criminale' (también después de un libro y una película, por cierto), con Stefano Sollima al frente. Saviano, como en la peli de 2008, ha participado como guionista. Los actores son pocos conocidos para el común de los mortales. Alguno hay que hizo doblete: salió en la película y ahora en la serie, como quien interpreta a Pietro Savastano, el capo, Fortunato Cerlino, que en la primera adaptación hizo un papel secundario.
Para quien no se imagine qué se puede encontrar cuando se enfrente a 'Gomorra', diré que la serie está cargada de violencia. Faltaría más. La Camorra no se anda con tonterías. Hay que marcar territorio, para empezar, y luego mantener el negocio, que no es fácil. Al frente de los Savastano está Pietro, y le sigue su hijo, Genny, que es un poco cortito. Suerte que tiene a su lado a Ciro, el hombre de confianza, papel que encarna Marco D'Amore.
'Gomorra' no es fácil de describir. Tratando de hacerlo, se podría decir que estamos ante un cruce entre 'The Wire' y 'Los Soprano' (no comparo calidades, que conste), pero sería insuficiente, ya que habría que coger el resultado de esa mezcla y ponerlo a pasear por las calles de Nápoles, en las que se respira una intranquilidad palpable (nos la transmiten) mucho mayor que la que sentimos en las de Baltimore y New Jersey. No voy a entrar en spoilers, que no es lo mío, pero ya os adelanto que la serie está llena de personajes potentes que se rigen por una moral propia, heredada y tribal, que no dejan sitio para el débil, o para el que consideran débil cuando realidad simplemente es distinto, y menos todavía si la etiqueta es la de traidor. No hay concesiones en un mundo de reglas maniqueas, las únicas válidas para la supervivencia del más fuerte. Porque esto va de supervivencia, de ambición y de venganza, las tres esquinas de un triángulo bien blindado pero no irrompible.
Está de más decir esto pero no lo puedo evitar: esta no es una serie para ver doblada. Oír los diálogos en su italiano siempre amenazante y, a veces, en su napolitano propio, no tiene precio.
En fin, no me enrollo más. Tenía ganas de hablar de esta serie, sobre todo después de las dos últimas medianías que se me han colado en el blog. Aquí, amigos, 'Gomorra', una serie que realmente merece la pena.