Revista Cultura y Ocio
Ballotage de Gonzalo Gamallo en La música es del aire. O bien, secuela de aquella tarde soleada del sábado 17 de octubre regada por café, charla intensiva mediante. En esta segunda vuelta del diálogo con El Pastor no hay vencedores ni vencidos, en la otra vuelta no hace falta decir quién queremos que gane...
Por lo pronto, vale destacar que lo que leerán abajo está enfocado más en sus bandas que en Paralelo, el debut solista que abordamos en detalle en la primera parte de esta charla. Entonces, bien cuenta GG en qué andan hoy Los Niños y los Locos y La Joven Guarrior, lo que podríamos denominar sus dos proyectos principales (entre otros tantos satélites).
Además, para la oreja de la dama y el oído del caballero: qué ve de nuevo y bueno Gonzalo en la música argentina actual, en qué ayuda que el gran mercado no dé bola a lo under, cuánto cuesta vivir de la música; y lo importante de estudiar y no ser un cachivache.
Lean y disfruten, está permitido.
LOS NIÑOS Y LOS LOCOS
En alguna de nuestras charlas me dijiste que Los Niños y los Locos era tu banda bastarda. ¿Por qué?
Sí, porque para mí Los Niños es una banda terrible... y es mi primera banda. Yo pensé que iba a ser un músico de rock y distorsión toda la vida, aunque a mí me gusta un montón de música que podría ser la razonable que esté en La Guarrior. Pero la verdad yo de pendejo era fana de Zeppelin... Me gusta el rock. ¿Viste que los músicos que estudian mucho dejan de escuchar rock? Yo no, yo escucho otros palos, me gusta el jazz, amo el tango y toco mucho [de hecho, forma parte del trío Tangodelic y conforma un dúo de guitarra y voz junto a Gino Arazi] pero sigo con el rock. Y bueno, con Los Niños pasó lo que te contaba al principio: empezamos como power trío, muy pulenta... con Edu [Baeza] el bajista, tenemos esa sociedad desde los catorce años, estuvimos sin batero como 7 u 8 años hasta que apareció Manu [Lugea]. Laburando solos, con batería electrónica, componiendo. Una cosa muy de pendejo que vas a jugar a la casa de tu amigo, él tenía la portaestudio, yo llevaba la viola y qué sé yo, nos enamoramos de la música así, juntos. Él ahora es el bajista de Pollera Pantalón, además, terrible bajista, tiene un peso, un sonido... Y es trombonista en La Guarrior.
Y bueno, con Los Niños veníamos muy bien, en 2007 nos habían elegido Banda del año en Loca Bohemia, un lugar en el que tocábamos muy seguido y nos amaban, los patovas, el dueño, todos (risas).
¿Tocaban seguido ahí?
Prácticamente tocábamos una vez por mes ahí, habíamos logrado dejar de pagar, porque ellos querían que toquemos y nosotros estábamos medio cansados de eso de pagar, un día les dije “basta”. Los Niños sufrió el post Cromañón, los pocos lugares, creo que Capital durante un tiempo dejó un poco el rock, o el rock dejó de estar en Capital, no sé bien cómo fue.
Se “acustizó” un poco el asunto en cierto momento.
Los Niños igual tienen esa cosa que tienen ciertas bandas... de que la gente no va a ver rock. Lo que puteó Minimal con Pez durante años, es la típica banda que todos vienen y te dicen “che, loco, espectacular, me encantó” y no vienen nunca más (risas). Todos nos dicen lo mismo “qué banda que tienen, espectacular”, pero después no vuelven, entonces uno piensa “nosotros no hemos sabido mover bien a la banda”, no sé. Pero es un grupo que labura, nosotros ensayamos y estamos con medio disco nuevo ya hecho. Hay una química para componer que es única y especial, realmente componemos tocando los cinco, es así y es muy mágico, es una cosa muy horizontal, de verdad, y hay un espacio donde las ideas de cada uno valen, siempre; aparece la forma en la que cada uno toca lo que se le canta y todo funciona.
Nosotros tenemos un palo de jazz-rock instrumental, ponele, o de funk...
Igual es fuerte, es más rock que jazz.
Sí, sí, creo que Los Niños tienen una lógica de jazz que quizá está más clara en el primer disco que en el segundo, en el segundo quisimos ser más sintéticos. Y el concepto es jazzero desde la improvisación y desde la música instrumental, para mí lo que hacemos es un laburo desde la forma de la música, es un trabajo formal, nuestra clave es cómo vamos armando la música, para nosotros tiene una lógica clarísima.
Hay todo un proceso.
Sí, ni hablar. Este material que estamos armando siento que recupera el espíritu más jazzero del primer disco. Con Los Niños yo trato de evitar saber para dónde va la cosa, porque con La Joven Guarrior o en Paralelo mismo, yo tengo el tema y ya sé para dónde puede ir.
Es el lugar donde rompés con lo otro.
Sí, yo ahí puedo llevar una melodía de guitarra, o algo, y lo que te devuelve la banda es otra cosa, transformada por mis compañeros. Y para mí es impresionante. Creo que seguimos juntos pese a que ni tocamos mucho en vivo ni nos acompaña el público (risas) porque para nosotros lo que pasa es muy fuerte. Y es un espacio muy lúdico, también, es una banda muy divertida en vivo, suelen pasar cosas graciosas, hay algo del absurdo, trato de que las letras de Los Niños sean algo muy naif, no trato de que tengan una carga muy humana, algo de lo que por ahí hay en La Guarrior y en Paralelo, sino que trato de que sea otra cosa.
Y mantener ese costado de improvisación y ruptura.
Sí, para romper un poco con esa cosa de vago que tiene a veces el músico de rock. Me parece bueno tratar de moverse el piso. Y por eso también es bueno estudiar, escuchar música, leer. Estudiar es muy importante, no por nada Mollo llega a los cincuenta cantando así: es porque el chabón se lo propuso. Y eso que a mí me gusta más cómo cantaba antes, pero lo veo cómo está cantando a esa edad y pienso “es un capo”.
RESPETAR A LA MÚSICA
En el rock siempre está ese debate sobre perder la espontaneidad al estudiar.
Y está esa de “qué necesidad tenés de estudiar canto si igual te vamos a ir a ver”, pero no, esa cosa del amor propio, de cuidar... Para mí tiene que ver con el respeto a la música: nosotros, los músicos, estamos en el mundo para hacer sonar a la música bien. Nuestra función social es esa, creo. Hay que preocuparse por el sonido, no podés tocar hecho un cachivache, dado vuelta, salvo que seas Charlie Parker y puedas hacerlo porque tocás bárbaro. Pero yo lo veía a Charly hace unos años y era una cosa... Si lo comparo con Spinetta, creo que Charly le ha faltado más el respeto a la música que el Flaco, se permitió ser un cachivache en el escenario y como algunas personas se lo festejaron lo siguió haciendo. Pero vos ves el show de presentación de Clics modernos, en el Luna Park y no puede ser lo bueno que es, es Radiohead. Es maravilloso todo: cómo canta, los temas, las cosas que dice entre los temas; de golpe queda solo con el piano y es alucinante. Él lo tuvo eso, tanta fama le pegó mal.
Sí, tal vez su caos personal...
Bueno, pero manejalo, vieja, dale, ¿qué, te manejó la merca? Ojo, yo lo amo a Charly, lo amo, pero creo que Spinetta fue absolutamente íntegro como artista.
Creo que ese aspecto es una diferencia que marcaba el propio Spinetta entre ellos dos. Que con Charly no pudo hacer el disco que iban a hacer por ese costado caótico.
A mí me gusta que suene bien, que esté bien, a veces eso lo sufrís. El otro día vi algo de La Guarrior en la tele y no me gustó cómo sonábamos, capaz era algo de la tele misma pero yo era autocrítico igual. No es que sea perfeccionista pero sí soy muy exigente. También porque creo que es lo que tenemos que hacer. Es importante que los músicos respetemos a la música, lo que la música nos da se lo tenemos que devolver. Dale algo vos, si no es muy injusto: si ganás plata con la música comprate una mejor guitarra, pagate un profesor. Lo que valoro de las bandas cuando las veo es ver si laburan o no, no si “me gusta”.
EDAD DE ORO Y NOVEDADES GUARRIORS
¿Y con quiénes te pasa de ver eso?
Me parece que estamos en un momento zarpado de la música y creo que la crisis de 2001 tuvo algo que ver, mucha gente estudió música. Yo justo tenía dieciocho en el 2001 y para nosotros era... Mi viejo quería que fuera a la facultad y no había manera de que él me convenciera porque eso no me aseguraba nada. Todos veíamos el desastre y pensabas “si me gusta tocar la guitarra, voy a tocar la guitarra, si ahora igual no voy a laburar ni de guitarrista, ni de actor, ni de nada”. Hoy en día la situación es distinta porque si estudiás ingeniería te dan una beca, no sé. Es otro país, por eso uno a veces no entiende a la gente que no se da cuenta. En fin, proliferaron los estudiantes de música, lo cual hizo que los músicos seamos mucho más abiertos; tenés muchos músicos que tocan muy bien y en todos los palos. Hay gente que, de hecho, toca todos los palos.
¡Como vos, que tocás todos!
No, ponele, a los pibes de Duratierra, que ahora están tocando folclore, yo les conozco bandas de rock, y así hay un montón de grupos que me gustan. El disco de Nahuel Briones está buenísimo, el de ChauCoco! me gustó mucho, Surales para mí es lo máximo, Vero [Bonafina] hace unas canciones de la concha de la lora. Ayer estuve con el de Los Espíritus que recién sale y tiene una onda bárbara, es una música que a mí me encanta, ese rock and roll atorrante. Los chabones tocan eso y tocan eso, y me recierra. Locos de Nacimiento está buenísimo también, su último disco está muy bueno, tienen una base tremenda... Es rock, es barrial pero muy volador. En el disco grabaron muchos temas con tres guitarras y como soy amigo de ellos me invitaron a tocar en vivo para hacer esa tercera guitarra cuando lo presentaron. Salió bien y entonces estoy yendo seguido. Como el mainstream no nos da pelota, eso favorece al arte.
Es que ya hay una escena completamente separada del mainstream.
De hecho, la música comercial de esta época es un desastre si la comparás con otras. Los Bee Gees son alucinantes; o Michael Jackson, que lo detesto pero era un monstruo. Y esa espalda que nos da el sistema creo que nos ayuda a cagarnos en todo, favorece al arte porque la verdad no nos corre nadie. No se trata de pegarla y estar en el programa de Tinelli.
A la vez es difícil para los músicos vivir de la música.
La Guarrior está en esa situación en la que necesita generar dinero, sí. Se trata de que el proyecto se empiece a sustentar porque cuando empiezan a pasar los años, te vas poniendo viejo y necesitás vivir de algo. Y creo que a una banda le viene muy bien que vos te puedas dedicar exclusivamente a eso. Si yo pudiera conseguir guita para que todos los de la banda podamos ensayar todos los días... volvemos a lo anterior. Uno con el amor llega hasta un lugar, se va generando una mezcla de expectativas y necesidades, si vos tocás para gente necesitás más y mejores equipos, instrumentos. Y la música es un metier de mucha plata, digo... los fierros de la batería salen un huevo. Y a veces ves que llega La Guarrior y no tienen funda los cajones, tenemos la percusión en un cajón de frutas, ¡y es una banda que ya lleva gente! Estamos corriendo la coneja, yo voy a ser papá, entonces necesitamos que el proyecto se consolide, no es pegarla. Es lo que decía antes: cuando la música te da, vos le devolvés. Y cuando la música no te da, inevitablemente las bandas se van separando.
¿Ya están en proceso de nuevo disco?
Sí, lo tenemos que hacer, estamos en un momento de cambio. Ahora estoy tocando la guitarra eléctrica, por ejemplo. Creo que es el momento de cambiar porque cambiar es bueno, “cambiar por cambiar, nomás”, como dice la canción. Además, la trilogía de la historia ya está cerrada, en eso estamos de acuerdo todos. El material sustancialmente es parecido, como somos una banda que no tiene género vamos visitando todo ininterrumpidamente. La idea de cambio viene por el lado de lo tímbrico, veremos qué pasa. El gran yeite del que hace canciones, me parece, es la ropa que vos le ponés a cada tema. No sé, Spinetta: los temas de él son iguales de Almendra para acá, más allá de las letras en esencia es lo mismo, lo que sí fue cambiando fue la instrumentación a lo largo del tiempo. Nosotros veníamos tocando con guitarra criolla y cajón, ahora queremos pasar a guitarra eléctrica y batería, veremos si el resultado es muy parecido o no. La eléctrica ya está en los shows, la situación lo fue pidiendo porque fuimos sumando músicos y público, y ahora que estoy tocando con una fila de cinco caños, con la guitarra criolla no podés pasarlos. Terminás tocándola muy fuerte y suena feo.
¿Los temas para el disco nuevo ya los tienen?
Sí, hay un 70%. Y siempre tengo algún tema cajoneado que puede salir para cubrir. Tenemos ganas de grabar algo más tanguero, bien, tomándolo en serio. En esencia, no va a haber grandes cambios desde lo que es la composición, sí subir un poco tímbricamente, me parece que a todo el mundo le viene bien, nos va a refrescar y poner en una situación nueva. Yo quiero que haya teclados pero los pibes no quieren, así que no sé si me voy a salir con la mía (risas). Son visiones que vamos discutiendo, por lo pronto esperamos hacer un buen disco y veremos qué pasa.
*La Joven Guarrior anuncia la última edición de la Fiesta Nacional de la Guarrior para el viernes 20 de noviembre a las 23:55. La Fiesta tendrá lugar en Uniclub (Guardia Vieja 3360, CABA), con Grupo Ganjah como banda invitada.
En tanto, el sábado 28 del corriente, Los Niños y los Locos se presentará junto a Los Maruchos en Mamerta Espacio Cultural (Lavalle 4080, CABA), próximo a inaugurarse.
[Fotos: gentileza de Andre Gaetano]