Hay días que el correo trae a casa algo de leer que lo altera todo y trastoca las prioridades para imponerse como lectura principal. Pasó el lunes 19 de abril cuando recibí el número doble (137-138) de la revista Turia, que edita el Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación Provincial de Teruel, fundada y dirigida por Raúl Carlos Maicas. Tenía que haberlo recogido en el acto de su presentación previsto aquí en Cáceres para el 23 de marzo de este año; pero no pudo ser, dadas las circunstancias. Y sus editores tuvieron el buen acuerdo de enviarlo a los colaboradores. A pesar de la fruición del momento en que recibí mi ejemplar, me detuve tan solo en algunos de los textos publicados en el «Cartapacio» dedicado al escritor Gonzalo Hidalgo Bayal, lleno de textos inteligentes sobre su obra literaria. Y en uno, sobre todos: el del propio Gonzalo titulado «Las lágrimas de Miguel Strogoff», que, a partir de ahora, hay que poner como uno de los principales de su bibliografía y no apto para niveles triviales del consumo literario. También aquel día de abril pude picotear en la sección de «Poesía» llena de nombres conocidos, no solo por ser extremeños en su mayoría: Nuria Barrios, Sandra Benito, Pureza Canelo, José Antonio Conde, Efi Cubero, Álex Chico, Jordi Doce, María José Flores, Eugenio Fuentes —y la visita imprevista de unos versos—, Carlos García Mera, Carmen Hernández Zurbano, Javier Lostalé, Mario Martín Gijón, Elías Moro, Ana Muñoz, Javier Pérez Walias, Antonio Rivero Machina, Ada Salas, Basilio Sánchez, María Fernanda Sánchez, Irene Sánchez Carrón, Enrique Villagrasa y José Antonio Zambrano —cuyos libros ocupan mi escritorio estos días por trabajo y por querencia. En realidad, pude leer tan solo una parte de las más de cuatrocientas cincuenta páginas de este volumen con ilustraciones de Fermín Solís que se presenta hoy en Cáceres (Sala Malinche del Complejo Cultural San Francisco, 19:30 horas). Sobre él dio buena cuenta Álvaro Valverde, que destacó mucho de lo importante; pero es tanto el contenido, que es bien difícil pararse a seleccionar. Desde que el volumen está en casa, sí es cierto que lo he podido leer casi enteramente desde lo que Teodosio Fernández escribe sobre Luis Sepúlveda hasta la última reseña de esa sección, «La Torre de Babel», que me atrevo a decir que no tiene parangón en número de colaboraciones entre las revistas culturales que se publican en España. En vecindad con la sección monográfica bayaliana, hay dos conversaciones, una con el artista Vicente Rojo, que firma Alejandro García Abreu, y otra muy especial por la cercanía con el objeto del «Cartapacio» de esta espléndida Turia, la que mantiene Fernando del Val con el poeta Álvaro Valverde, que leí con gusto y complicidad. Muchas conversaciones puede tener el lector con la literatura contemporánea entre las páginas de este valioso volumen de tan veterana revista; y buena conversación nos ofrecerán esta tarde el propio Álvaro Valverde —que escribe sobre la razón poética de Gonzalo Hidalgo Bayal—, Luis Landero —que responde en una entrevista a las preguntas de Fernando del Val sobre su amigo Gonzalo Hidalgo Bayal— y Gonzalo Hidalgo Bayal, el protagonista del encuentro.