Siempre es de agradecer una nueva visión sobre la carrera de los Beatles desde un ángulo inédito y el documental Good Ol' Freda parecía tener todos los elementos para despertar mi interés. Dicho documental cuenta la historia de Freda Kelly, secretaría personal de Brian Epstein elegida por él de entre el público que seguía a los Beatles en los primeros tiempos de The Cavern y que acabó reconvertida en presidenta del club de fans oficial del grupo, siendo con el tiempo amiga personal de los Beatles y sus familiares más cercanos.
La cosa prometía bastante, aunque por supuesto no esperaba ningún dato revelador acerca de lo que siempre me ha interesado más del grupo, su música. Cuando vas a ver un documental sobre la biografía de una secretaria, lo único que puedes esperar son anécdotas hasta ahora desconocidas o algún cotilleo sobre la vida personal de los miembros de los Beatles. Aquellos que no van a degüello se podrían conformar quizá con encontrar una visión más humana de los Fab Four que haya escapado durante todos estos años a la manida biografía oficial del grupo. ¿Se cuenta entonces algo nuevo y revelador en este documental? Pues no, ya que Freda Kelly se muestra hermética acerca de la esfera privada de los de Liverpool, algo que dice mucho de ella como persona, pero que juega en contra de la importancia que este documental pueda tener como complemento a lo que ya sabemos.La protagonista del documental cuenta alguna que otra anécdota curiosa, pero todo lo dicho aquí es intrascendente. Freda Kelly deja claro casi desde el principio que no va a contar nada personal de cierta importancia, alegando que su principal motivación para acceder a contar su historia es que sus nietos y descendientes conozcan de primera mano su azarosa vida durante el tiempo que trabajó junto a ellos. Después de esta decepcionante pero noble declaración de intenciones, poco queda que esperar y la propia Freda se ruboriza cuando le preguntan si tuvo algún tipo de relación amorosa con alguno de los Beatles. Good Ol' Freda se podría resumir como una repetitiva sucesión de anécdotas en las que Freda relata como convencía a los Beatles para que les firmará autógrafos a las fans que se lo pedían por correo o como colocaba una sábana en el suelo cuando el barbero recortaba el pelo a George Harrison para hacer manojos individuales y enviarlos también. La etapa más interesante del grupo queda desdibujada ante la negativa del padre de Freda a que su hija se instale en Londres con el grupo, por lo que el grueso del metraje se centra principalmente en los primeros y convulsos años de la Beatlemania.No me gustaría calificar este producto como innecesario o prescindible, pero no encuentro otras palabras que mejor resuman mis impresiones después de verlo. Ningún fan de los Beatles se pierde nada si decide obviarlo y aquellos que se acerquen a él sin ser fans encontrarán una historia totalmente anodina. Creo que hay más tela que cortar en cualquier página del libro de Geoff Emerick que en este documental de hora y media en el que las impresiones de su protagonista no justifican su realización y exhibición pública.