Revista Cine
Director: Martin Scorsese
Era momento de otro Scorsesazo, claramente, pero es que tampoco han sido gratuitos: en un punto me propuse ver las películas de gángsters hechas por Scorsese, y por eso la otra vez vi "The Departed", luego "Casino" y ahora "Goodfellas", película que ya he visto como cuatro o cinco veces, vaya uno a saber. Eventualmente llegará "Mean Streets", que no he visto. Pensé en verlas todas de un tirón, pero me di cuenta que sería mucho y por eso tanta distancia entre un visionado y otro. Siempre es necesario pegarse un maldito Scorsesazo, ¡qué sería de uno sin una buena dosis!
¡Ah!, en efecto, cuán bien le hace al espíritu ver una buena película de Scorsese. Tiene un no-sé-qué, un algo, un refrescante soplo de estilo y actitud, una contundencia tan bien ejecutada que llega a ser delicada y elegante, una absoluta preciosidad salpicada de sangre, malas palabras y personajes extremos que viven rápido aunque no se pueda garantizar que dejen lindos cadáveres. Y mucho, mucho sentido del humor. Sentido del humor incorrecto y despreocupado. Y es que estos gángsters no viven en el Vaticano, tendrán sus códigos pero de solemnidad poco y nada, qué demonios. Filosofía de vida gangsteril: no hagas para mañana lo que puedes hacer hoy... porque nada te asegura que mañana vayas a estar vivo. Así, "Goodfellas" es una suerte de crónica que describe, a través de la agitada vida de Henry Hill, el auge y caída de un tipo de Mafia (la italoamericana en New York) que no ha vuelto a tener aquel esplendor de antaño. Las drogas, viejo, cambiaron el esquema: el tráfico de cocaína, nunca bien visto por los más veteranos de las familias, más inclinados por actividades criminales más "clásicas", como la prostitución, los juegos clandestinos, las extorsiones y préstamos, etc., que son negocios legítimamente mucho más fáciles de administrar. Pero la gracia de la película es que Scorsese lo filma todo bajo el punto de vista de un protagonista encantado con este tipo de vida, punto de vista materializado en una puesta en escena endiabladamente deslumbrante y fabulosa, rica y variada en mecanismos, registros y ritmos, desde la danzante y pulcra cámara del segmento más esplendoroso de la Mafia hasta esa cámara esquizoide y frenética, de luminosidad más seca y dura, del "día de mierda" que tiene Henry Hill, con esos helicópteros y cenas familiares y reuniones y drogas y policías. Desde luego, sensacional es la dirección de fotografía de Michael Ballhaus, dir. de foto de un tercio de la filmografía del gran Rainer Werner Fassbinder (y también repetido colaborador del mismo Scorsese: "After Hours", "The Departed", "La edad de la inocencia", "El color del dinero", "La última tentación de Cristo", "Pandillas de Nueva York"). Para qué hablar del montaje de Thelma Schoonmaker, toda una histórica a estas alturas. E increíble reparto, claro, con Robert De Niro, Joe Pesci, un Ray Liotta que luego de ésta siempre ha parecido una parodia de esta interpretación, Lorraine Bracco, Paul Sorvino, y los entretenidos cameos de Michael Imperioli y el gran Kevin Corrigan (me cae muy bien este sujeto), quien, si no lo reconocen, es el hermano en silla de ruedas del protagonista (además de ser el primo de Di Caprio en "The Departed"... ¡y el tío Eddie en la sitcom "Grounded for Life"). ¡Oh!, y también está la aparición estelar de la madre de Scorsese, haciendo de madre de Joe Pesci.
Y bueno, una película que comienza de manera tan brutalmente divertida (cuchillazos y balazos dados a un moribundo contrastados con un protagonista que casi puerilmente afirma "que ser gángster es el sueño de toda su vida") no puede desarrollarse ni mucho menos acabar mal. Así son Los Buenos Muchachos (además, clásico restaurante que antaño reunía en sus paredes a la bohemia santiaguina). A todo esto, a Scorsese debe encantarle Sympathy for the Devil, la canción de Los Rolling Stones, pues ¡la ha usado en las tres películas de gángsters que hemos comentado! ¿Sonará en "Mean Streets"? Ya lo descubriré...
Impresionante, memorable y genial. "Goodfellas", ¡tremendo título!...It turned me on...