El nuevo Google Pixel 10 Pro Fold quedó en el ojo del huracán tras una prueba de durabilidad que terminó en humo: el equipo se fracturó al ser doblado con fuerza y, acto seguido, una de sus baterías entró en “fuga térmica”. El episodio encendió dudas sobre la resistencia real del plegable más ambicioso de Google.
¿Qué sucedió en la prueba?
Durante un test de “bend” independiente —un examen extremo que empuja el chasis más allá del uso normal— el teléfono se partió a la altura de una línea de antena, un punto históricamente sensible en la familia de plegables de Google. Al continuar la presión sobre el cuerpo ya roto, la batería fue comprimida, se calentó de forma descontrolada y liberó humo, activando alarmas en el estudio.
Es la primera vez que un smartphone de esta gama “se va en humo” en ese tipo de prueba. Aunque el escenario no replica un uso cotidiano, el resultado pone el foco en el diseño estructural y en los protocolos de seguridad del dispositivo cuando su integridad se ve comprometida.
El talón de Aquiles: la línea de antena
El patrón de falla fue claro: la fractura no ocurrió en la bisagra, sino en el lateral donde se ubican líneas de antena del marco. Estas interrupciones en el metal facilitan la señal, pero también concentran tensiones y pueden actuar como “grietas iniciales” ante esfuerzos severos. Modelos previos de la marca ya habían mostrado fragilidad en ese mismo sector.
IP68… pero el polvo encontró camino
El equipo presume certificación IP68. En las revisiones se observó que la pantalla interna se protege mejor al estar plegada, pero la bisagra dejó pasar arena en pruebas con partículas finas, generando sonidos de molienda y comprometiendo la sensación de sellado total. El mensaje para usuarios es obvio: un plegable no es inmune a ambientes polvorientos.
¿Hay riesgo para el usuario común?
No hay evidencia de que el teléfono “explote” en condiciones normales. La fuga térmica se produjo tras una sobrecarga mecánica con el chasis ya roto. Aun así, el caso deja lecciones: si un plegable sufre un doblez severo o una torsión visible, lo prudente es apagarlo, no cargarlo y llevarlo a revisión técnica. La integridad del paquete de baterías es prioritaria.
Qué debería hacer Google (y qué puede hacer el usuario)
- Rediseño estructural: reforzar las zonas de antena con puentes o materiales que disipen tensiones sin afectar la señal.
- Protección de batería: blindajes internos y tolerancias que eviten pinzamientos ante deformaciones del marco.
- Comunicación clara: guías de uso y advertencias post-impacto para plegables, con pasos de seguridad.
- Para usuarios: evitar bolsos ajustados, no aplicar torsiones inversas, usar fundas rígidas y detener el uso si hay crujidos, separaciones o sobrecalentamientos tras una caída.
Más allá del susto: el reto de los plegables
Los plegables prometen el futuro de la productividad móvil, pero siguen siendo un equilibrio delicado entre delgadez, antenas, bisagras, sellos y baterías. El incidente con el Pixel 10 Pro Fold recuerda que la ingeniería aún tiene iteraciones por delante: un teléfono de más de mil dólares no puede fallar así, ni siquiera en pruebas extremas.
La lección no es “no compres un plegable”, sino “exige uno que no se rompa por donde respira”. Si el diseño concentra estrés en las líneas de antena, la innovación se dobla… y el usuario paga el humo.
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