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Gorgs de La Febró, unas piscinas naturales en las Montañas de Prades

Publicado el 04 mayo 2016 por Santimb @SantiMBPhotos

En una depresión en pleno centro de las Montañas de Prades, en la provincia de Tarragona, se encuentra la pequeña población de . Con tan sólo 40 habitantes censados en el año 2014, La Febró es el tercer pueblo con menos habitantes de Catalunya. A parte de esta singularidad, lo que más llama la atención de este lugar son los atractivos de su entorno natural. Debido a la naturaleza calcárea del macizo montañoso, los miles de años de erosión provocada por sus ríos de irregulares caudales han modelado un paisaje único con riscos, cuevas, simas, cascadas y pozas. Las pozas de La Febró, más conocidas como Gorgs de La Febró (en catalán "poza" es " gorg") son uno de los reclamos para los cientos de senderistas que visitan este territorio, bien comunicado con municipios vecinos como Siurana, Arbolí y Prades por una extensa red de senderos.

Gorgs de La Febró, unas piscinas naturales en las Montañas de Prades

Aunque La Febró depende administrativamente de la comarca del Baix Camp, geológicamente pertenece al Priorat. Las condiciones climáticas especialmente adversas de la zona ha provocado que muchos de los pueblos de alrededor como La Mussara o Gallicant lleven abandonados más de medio siglo, y si La Febró se salva del abandono es porque se encuentra en un rincón especialmente fértil, bañado por las aguas del río Siurana que atraviesa el municipio, y más al sur el río del Gorg, afluente del Siurana y que da forma al singular paraje de los Gorgs de La Febró que visitaremos en el itinerario de hoy.

El camino empieza sobre el kilómetro 25 de la carretera T-704, en el siguiente desvío a la izquierda después del que baja al Mas dels Frares llegando desde Reus. Si no ha llegado mucha gente se puede aparcar el coche al principio del camino con la precaución de entrar en él abriéndote mucho si no quieres golpear los bajos del coche. Y si no unos metros más adelante hay un ensanchamiento del arcén donde se puede dejar el coche sin problemas. Aparcamos y bajamos por la carretera hasta el camino. Nos llama la atención a lo lejos, en lo alto de una colina, el pueblo de Gallicant, abandonado desde los años 50 del siglo pasado.

Aproximadamente 700 metros más adelante llegamos a un claro en una curva del que salen dos caminos. Tomamos el de la izquierda y caminamos 200 metros más hasta que se acaba el camino en otro claro. De allí sale un sendero a la izquierda que lleva al río del Gorg.

Por cierto que la luz no daba muchas facilidades para calcular la exposición, ya que la cascada quedaba una parte en la sombra y otra al sol, y como se puede comprobar, parte de ella se me ha quemado. Aproveché para simular un efecto seda utilizando una función de mi cámara que hace varios disparos y los superpone para eliminar el ruido. Pongo la cámara en modo manual, fijo el ISO a 100 con disparo múltiple y ajusto la velocidad a 1/10″, que es lo máximo que puedo aguantar a pulso sin que me salga una foto movida. Luego voy cerrando el diafragma hasta que llego a la exposición adecuada y disparo. Con esta técnica me ahorro el cargar con trípode, y el resultado ya me vale, porque tampoco me gustan los efectos seda demasiado exagerados.

El GR-7 hacia Arbolí sigue hacia abajo, por la orilla izquierda del río del Gorg. Pocos metros más adelante se cruza con La Canaleta, otro curso de agua que va a parar al río del Gorg justo en el lugar llamado Gorguet. Yo no bajé a verlo porque no conocía su existencia, así que puedes aprovechar tú y luego me lo explicas. Lo que sí hice fue cruzar a la otra orilla del río del Gorg a través de unas rocas muy grandes que hay en medio. En algunas hay que ayudarse con las manos. Desde estas rocas podemos ver el sistema de pozas o gorgs que continúan río abajo, como si fueran pequeñas piscinas donde darse un baño con los más pequeños, pasando de una a otra con mucho cuidado de no resbalar.

A nuestra espalda el agua del río del Gorg sigue su curso hacia el Siurana saltando de una poza a otra.

Seguimos por el camino que sube a la derecha de estos gorgs. Este camino sigue paralelo al río. Desde aquí las vistas de las montañas son fabulosas.

Al fondo, en lo alto, el Roquer del Gat Cendrer con 972 metros de altura máxima, y delante los riscos del Barranc de La Foradada. A la izquierda la comarca del Priorat, y a la derecha el Baix Camp.

Cuando llevamos unos 600 metros desde el Gorg, nuestro sendero acaba en una pista. Seguimos recto, o sea por la izquierda, y 150 metros más adelante dejamos esta pista por un sendero que sigue también recto. En esta parte del camino el lecho del río del Gorg se abre y podemos verlo mejor.

Aunque por el color parezca que el agua está sucia, en realidad es todo lo contrario, el agua del río es cristalina y ese color ocre es el de la roca del fondo. En un punto más adelante podemos acercarnos a la orilla del río y fotografiarlo como si estuviéramos dentro de él pero sin mojarnos.

Por la izquierda sale un pequeño sendero que sube hasta las rocas para contemplar la Gorguina desde una mejor perspectiva, pero yo ya no quise ir más allá al no llevar el calzado adecuado y me contenté intentar un efecto seda a través de la rendija.

Pocos metros río abajo las aguas del río del Gorg se juntan a las del Siurana y emprenden el camino hasta el Ebro, aunque es muy probable que no lleguen y se queden en el pantano. Alzamos la vista y contemplamos los riscos de estos dos barrancos que se unen.

Del vuelta en el mirador del Gorg aprovecho que hay menos gente para fotografiarlo por última vez.

Y hasta aquí la explicación del circuito a los Gorgs de la Febró. No es un artículo tan profusamente documentado como otros itinerarios que ya he publicado debido a que es más corto, bien mirado son sólo 2,8km, y hay menos cosas que fotografiar. En cualquier caso vale la pena ir y dejarse sorprender, como me pasó a m í.

Cómo llegar a los Gorgs de la Febró


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