Impresionante carrera del joven maravilla. Demostración de talento sobrehumano por parte de un genio del volante sin comparación en la historia de la F1. Sebastian Vettel supo imponerse a todos luchando ferozmente curva a curva, dejando grabadas en el asfalto las huellas de su singular maestría. Suma así otra victoria que lo acerca a su cuarto título mundial.
Todo mentira.
Así encabezará su resumen de la carrera cualquier seguidor neófito de la F1. Cualquiera que sólo vea de este deporte muchos coches bonitos, de colores llamativos dando vueltitas a un circuito y conducidos por pilotos que promocionan shampoo o aparecen en revistas de moda intentando seducir al público femenino (o no). Cualquiera que se suba al caballo publicitario que nos quiere vender Red Bull y alguna parte de la prensa especializada. O quizás no tan especializada pero ansiosa de crear un ídolo donde no lo hay. Si se retira Alí del boxeo, hay que buscar al nuevo Alí. Cuando se retira Maradona del fútbol, hay que buscar al nuevo Maradona. Y ahora que se retiró Schumacher de la F1, me aburro de escuchar a gente con la boca más grande que el cerebro decir que Vettel es el nuevo Kaiser.
No tienen ni idea. La Fórmula Uno una lucha despiadada de una maquina fusionada con un hombre. Sonidos que aturden, olores que lastiman, velocidades que hacen temblar la tierra. Un piloto incrustado en un pequeño hueco en las entrañas de una máquina salvaje y furiosa hecha de acero, carbono, aluminio, y por cuyas venas corren en partes iguales sangre y combustible que se convierten en fuego y potencia al llegar a su motor.
El show es solo una excusa para financiar esta despiadada lucha primitiva. Por eso hay quienes opinan sobre la superficie y otros sobre la esencia.
Vettel, el piloto normal, ya tiene su cuarto título casi asegurado y no por ser un fuera de serie sino por conducir un coche “diferente” a los demás. El RB-9 gana en cualquier circuito, circunstancia, clima, horario o situación de carrera. No importa si va con los tanques llenos o vacíos, si tiene neumáticos nuevos o usados, va siempre delante y además me transmite la inquietante sensación de que siempre le queda un margen para acelerar más si fuera necesario.
El de Corea del Sur fue un GP bizarro. El asfalto se devoraba los pésimos neumáticos Pirelli que casi todos los pilotos deben sufrir este año. Y digo casi todos, porque obviamente el coche de Vettel no se los devoraba. Terminó la carrera marcando 3 o 4 récords de vuelta consecutivos mientras que desde el muro, su ingeniero le suplicaba que disimule, que baje el ritmo, que había que acabar la carrera, pero visualmente sus neumáticos no presentaban el mismo desgaste de los demás.
Paul Hembery, director de Pirelli, abría su enorme bocaza poco antes de la carrera para decirle a Fernando Alonso que no se quejara de los neumáticos y que “aprendiera” a cuidarlos como hacía “Seb”. Hoy se disculpó pero ya era tarde. No solo me pareció estúpido, arrogante y desafortunado sino que el desarrollo de la carrera demostró que el caucho de Pirelli es una basura que no está a la altura de la mayoría de circuitos y mucho menos del abrasivo pavimento coreano. Todos sufrieron un desgaste preocupante de las gomas y hasta se puso en riesgo la integridad de Sergio Pérez, piloto McLaren, cuando su delantero derecho se desintegró en plena recta.
Que el incoherente de Hembery halague las habilidades del único piloto al que no se le gastaron brutalmente los neumáticos me parece, como mínimo, sospechoso. Deseo confiar en la FIA para no decepcionarme totalmente de un deporte que amo desde niño, pero hay tanto dinero detrás de Red Bull que todo es posible.
Por detrás de la sencilla victoria de Vettel hubo una carrera dura, intensa y agresiva. Pura Fórmula Uno.
Lotus que ya perecía haber tirado la toalla, se despertó con mucha más fuerza y terminaron con sus dos coches en el podio. Kimi Räikkönen 2º y Romain Grosjean 3º. Ambos pilotos de con una actuación impecable, incluyendo un breve duelo entre ellos al superar el finlandés al francés cerca del final.
Y entonces, en el 4º lugar llegó Nico “El Increíble HULK-enberg”, que había largado 7º. El alemán a bordo de su Sauber-Ferrari dio una clase magistral de cómo cuidar su puesto. Hay que reconocer que el coche del equipo suizo se mostró altamente competitivo durante todo el fin de semana, pero el manejo de Hülkenberg fue impecable, digno de mención y admiración. Sus espejos retrovisores nunca estuvieron despejados, la mayor parte del tiempo reflejando el morro del Ferrari de Alonso y más tarde el Mercedes de Hamilton. Ni más ni menos.
Muchos lo intentaron pero nadie pudo con HULK
Siguiendo con Lewis Hamilton, el británico partía segundo pero fue superado en la largada por Grosjean. Su ritmo era competitivo pero pronto los neumáticos le jugaron una mala pasada y su rendimiento cayó en picado en la fase intermedia de la carrera. Finalmente llegó en 5º lugar, peleando brutalmente pero sin resultados para superar al “muro” Hülkenberg y defendiéndose de las mordidas sin dientes del Ferrari de Alonso. El otro Mercedes, el de Rosberg, terminó en 7º lugar.
Llegamos entonces a Fernando Alonso, que finalizó 6º después de largar 5º. Una de las pocas veces que termina por detrás del puesto de partida en parrilla. El F-138 mostró su cara más débil. La crisis deportiva en Ferrari está servida con un coche que no estuvo a la altura de las circunstancias en ningún momento. El piloto asturiano lo intentó como pudo desde la largada pero todo fue en vano, no hubo magia esta vez. El coche de este año no es competitivo, no alcanza para superar a nadie, es lento en clasificación y es un milagro que Alonso siga segundo en el campeonato. Maranello ya debería enfocarse 100% en el desarrollo del monoplaza del 2014 para intentar solucionar el fiasco de esta temporada.
Felipe Massa que partía 6º protagonizó el primer incidente de carrera en la curva 3, al perder el control de su Ferrari como un novato y poner en riesgo a varios pilotos, incluido su compañero de equipo. El brasileño está últimamente muy impreciso, cometiendo errores infantiles. Llegó 9º.
Insólito. Un 4x4 liderando un Gran Premio de F1
Los McLaren que ayer habían quedado fuera de la Q3, hoy finalizaron dentro de los 10 puestos puntuables. 8º Jenson Button y 10º Sergio Pérez. Y probablemente se alegren mucho por los puntos conseguidos, considerando que Button quedó al final del pelotón al romper su alerón en el comienzo de la carrera y que Pérez se salvó milagrosamente de un accidente de consideración al desprenderse por completo la banda de rodadura de su neumático delantero derecho en la vuelta 31. Más incompetencia de Pirelli.
Desde el puesto 11, ocupado por el Sauber de Gutiérrez, hacia atrás empieza la habitual “zona gris” donde varios pilotos intentan acabar la carrera lo menos atrás que sea posible. Es una lástima que Williams sea abonado habitual de esta zona donde no hay premios ni protagonismos.
El GP de Corea dejó algunas imágenes extrañas. Hubo dos Safety Car. El primero luego de la rotura del neumático de Pérez en plena recta. Ahí se notó la falta de previsión y la lentitud para limpiar la pista que los desorganizados auxiliares resolvieron como pudieron.
Luego vino el golpe del Force India de Sutil sobre el Red Bull de Webber, en la vuelta 38, que desencadeno en el aparatoso incendio del monoplaza del australiano. Increíblemente cuando todos esperaban al Safety Car, apareció una camioneta de asistencia en medio de la pista, justo por delante de Vettel, que afortunadamente bajó la marcha “interpretando” que este vehículo haría el papel del “SC”.
Webber y su barbacoa, menos mal que el 2013 termina pronto.
Mientras tanto Webber observaba impotente como su RB-9 se quemaba casi hasta los huesos. Lentos los servicios, lentos los bomberos, lentos los auxiliares y los comisarios. Lejos del nivel deseable para la F1.
Hay varias cosas para mejorar en Yeongam y desde su debut en 2010 se han mejorado algunas pero evidentemente queda bastante por hacer.
Dentro de siete días nos trasladaremos al legendario circuito de Suzuka en Japón, uno de los mejores del calendario para disfrutar del 15º Gran Premio de esta temporada 2013. En tierras de samuráis y faltando luego cuatro carreras más, Sebastian Vettel ya podría consagrarse matemáticamente campeón del mundo si gana y Fernando Alonso no suma más de dos puntos. Esto, a mi criterio, convertiría a este campeonato en uno de los mas olvidables que recuerdo.
Esperemos que la Fórmula Uno nos sorprenda.
Debajo la tabla con las posiciones finales del Gran Premio de Corea del Sur 2013.