Y como dije ayer en el review de la clasificación, hoy Sebastian Vettel apretó el botón de “GANAR CARRERA” y así fue. El RB-9 no se comportó como un coche de esta categoría, no pareció un monoplaza de Fórmula 1, voló sobre el pavimento de Marina Bay muy por encima de los demás. Hubo momentos de la carrera en que descontaba más de dos segundos por vuelta a quienes lo seguían y además parecía que Vettel podría haber ido más rápido.
Normamente este tipo de “ventajas” suelen despertar suspicacias, dudas acerca de si el coche estará o no totalmente ajustado al reglamento. Y cómo no sospechar de un coche que va dos segundos más rápido que el resto cuando luego hay 10 coches apiñados en un segundo, peleando milésimas. Todos piloteados por profesionales ultra competitivos y pertenecientes a equipos con los mejores ingenieros automovilísticos del mundo y presupuestos millonarios.
Vettel sonríe al recibir su trofeo. Sabe que a este ritmo nadie evitará que sea campeón.
El fenómeno Red Bull es digno de estudio, sin embargo los fans, los sencillos televidentes solo podemos ser testigos de sus resultados. Muchos podrían argumentar que la caja del coche de Webber expiró en la última vuelta mostrando que son de este planeta, y yo digo que hasta esa escenografía me pareció orquestada. Y la sonrisa cómplice del final entre Christian Horner y Adrian Newey aún en el muro del pit-lane, pareció afirmar que “todo” había salido tal como fue planeado.
Todas estas son especulaciones mías y por supuesto carecen de todo fundamento más allá de mi personal análisis de la evidencia. Quizás estoy molesto porque este tipo de monopolio nunca es muy bueno para este deporte y justamente lo aleja de la imagen igualdad deportiva que debería regir.
Quienes tienen que cuidar la F1 son los directores de la FIA y todos queremos confiar en que lo están haciendo.
Quitando los Red Bull de la pista, hubo carrera y una vez más a manos de los grandes pilotos. Fernando Alonso dio espectáculo desde el inicio, protagonizando la mejor largada del año que lo lanzó en pocos metros del 7º al 3º lugar.
Este año Ferrari está por detrás de uno o quizás dos equipos y como ya repetí hasta el cansancio, el único que le da esperanzas a la casa del cavallino es Alonso, quien corre mucho más rápido que su coche.
Felipe Massa ya empezó a correr para sí mismo como estuvo declarando en los últimos días. Dijo que dejaría de correr para su compañero y correría para sí mismo, lo cual es algo que siempre debería haber hecho por cierto. Con este nuevo enfoque, el brasileño que hasta ahora rondaba el sexto puesto los domingos de gran premio, en Singapur ha terminado… 6º… con lo que alcanza 87 puntos sumando las 13 carreras de este campeonato, 100 menos que su compañero de equipo Fernando Alonso. Bien Felipe.
Alonso corre siempre al límite, por encima de lo que ofrece su F-138.
Pero hubo otro protagonista en la híper iluminada noche de Singapur, Kimi Räikkönen. El finlandés sacó a relucir su talento y centro gran parte de la atención de las cámaras con persecuciones y sobrepasos espectaculares, a su estilo.
Kimi es sin dudas un talentoso pero quizás le falte un poco de regularidad o concentración, no lo sé. El próximo año correrá junto al español en Ferrari, lo cual aún no me provoca opinión, solo una enorme intriga para ver como encajan dos talentos semejantes en un equipo líder.
Tengamos presente que solo puede haber un número uno. ¿Serán los nuevos Senna y Prost del siglo 21?
El equipo Mercedes se consolida como tercero en el campeonato pero a escasísimos 7 puntos de superar a Ferrari. Hamilton y Rosberg trabajan aparentemente bien juntos y van alternando quien termina por delante en las carreras, con leve ventaja del británico.
Los Lotus de Kimi y Grosjean son la cuarta fuerza pero con muchas posibilidades de subir en lo que resta de temporada. Aquí es claramente el finlandés quien domina la pareja, dentro de la lógica.
McLaren en el limbo, sique fuera de ritmo y ni ‘Checo’ Pérez ni Jenson Button son pilotos demasiado guerreros como para tener esperanzas de remontada, aunque reconozcamos que en 2013 tampoco se han encontrado con el auto óptimo.
El RB-9 de Webber no aguantó. Afortunadamente pasaba por allí Alonso con su taxi.
La carrera no llegó a dos horas de duración por muy pocos segundos, con Safety Car incluido y lo único que la hizo aburrida fue conocer el ganador desde ayer.
Dentro de dos semanas continúa la aventura asiática de la Fórmula 1 en Yeongam, Corea del Sur. Deseo que pase algo, nada malo pero sí algo que cambie el curso actual de los acontecimientos. Como espectador no quisiera ver seis carreras más sabiendo quién ganará y será campeón sin que nadie pueda discutirlo.
Debajo los resultados del GP de Singapur 2013: