Dijo Ernest Hemingway que se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar. Superado con creces los sesenta, he aprendido que para el propio bienestar emocional la mayoría de las veces es mejor callar. Pero al ver tal desatino del trato de una nieta a su abuela, no puedo callar. ¿La madre de esa niña no le ha enseñado como poco a respetar a sus mayores? Ni en las familias más humildes he visto ese desprecio de una niña a su abuela. Una niña que repite dos veces el gesto y mira sonriendo a su madre con gesto de complicidad esperando su aprobación. Doce años tiene la niña; doce años son considerados años suficientes para permitir a un niño elegir con qué progenitor quiere vivir, así que ya no es tan niña. Tampoco encuentro excusa para ese acto tan mezquino de una nuera hacia la abuela paterna de su hija de querer evitar una simple foto para demostrar quién manda. Craso error, las decisiones tienen consecuencias, buenas y malas, con el tiempo veremos el futuro de este vergonzoso y bochornoso incidente. Pero claro de nuevo el refrán avala mis palabras: ni pidas a quien pidió ni sirvas a quien sirvió. No se puede pedir peras a un olmo. En el libro “El futuro de la humanidad” del escritor brasileño Augusto Cury que estoy leyendo actualmente hay una frase que traducida dice algo así: el embalaje o envoltura no cambia el recipiente.
La madre de esa niña debería saber que la convivencia de los abuelos con los nietos es sumamente positiva, porque lo que hacen es transmitir experiencia, conocimientos, valores, son archivos de familia y, sobre todo les dan mucho AMOR, es decir, les hacen mejores personas y dejan huella en las almas de sus nietos. Los padres deberían estar felices de poder contar con abuelos para ayudarles en su crianza, y, me consta que la mayoría consideran que sus hijos disfruten de unos abuelos es un privilegio. Y al padre de la criatura yo le diría que busque la fuerza necesaria para apoyar y honrar a su madre que le aseguro está sufriendo.
Al buen entendedor, pocas palabras bastan…
La historia tiende a repetirse porque la primera vez le prestamos muy poca atención. No estaría de más que esa mamá lea un artículo publicado en el año 2008,ABUELOS y como la vida se repite…