Si había una favorita clara clarísima para ganar el Mundial, ésa era Brasil. Se hablaba de España, Inglaterra, Argentina, Italia… pero la canarinha es siempre una candidata firme, mientras las demás van y vienen según su estado de forma.
No voy a llegar al extremo de Cruyff, pero me alegro de la eliminación de Brasil. Desde que Dunga llegó a su banquillo, el combinado brasileño ha cambiado demasiado. El jogo bonito desapareció. Los experimentos no son siempre positivos, y Brasil siempre se ha caracterizado por el toque, el juego, las ocasiones… Cinco mundiales lo acreditan. ¿Para qué cambiar?
El estado de forma de sus figuras tampoco era el adecuado. Quizá estamos ante un nuevo ciclo. Ya van muchas “favoritas” en el ocaso de un ciclo: Italia, Francia, Brasil…
Y aunque no fue el mejor día de Holanda, el fútbol puede aplaudir que una selección menos mediática, más técnica y táctica haya derrocado a la Pentacampeona. La estrategia ganó; el fútbol, también. La oranje sigue sacando frutos de sus cerebros. Cada vez más pienso que el futuro del Mundial pasa por las botas de Sneijder.