La demostración de patriotismo que ha venido haciendo el atleta Mohamed Katir, desde que dejó claro que el país al que quería representar en las competiciones internacionales era España y no a su Marruecos natal, es mucho más firme y consistente que el de muchos que a diario se envuelven en la bandera rojigualda y sacan pecho henchidos de ardor guerrero.
Cierto es que Katir, de 23 años, no ha obtenido medalla en estos Juegos Olímpicos de Tokio, pero sí nos ha dado una lección ejemplar a muchos de sus compatriotas. Un chaval que ya en 2019 tenía muy claro cuál sería su equipo nacional y la bandera y el himno que sonasen para coronar sus victorias; fue durante una entrevista en el diario La Opinión de Murcia, cuando el periodista Dioni García se interesó por las trabas que le ponían para obtener la nacionalidad, que finalmente obtuvo en diciembre de ese mismo año.
Mohamed Katir arribó a España con solo 5 años de edad. En la localidad murciana de Mula se crió y estudió. Comenzó a jugar al fútbol, deporte que cambió a los 12 años por el atletismo. Su padre, de origen marroquí, había llegado en patera a nuestro país un tiempo antes. Él llegó después con su madre, de nacionalidad egipcia, para reunirse con el cabeza de familia, que halló un trabajo de albañil para posibilitarlo, y todos se instalaron en esa población de unos 17.000 habitantes.
Katir es un ejemplo vivo de integración. Allí hizo buenos amigos, que hoy lo admiran, se sintió uno más y siempre ha reconocido sentirse muy muleño. Cuando muchos vendían la piel del oso antes de cazarlo, soñando con que volvería a Mula con una medalla olímpica colgando de su cuello, Mo puso un poco de cordura ante tamaño atrevimiento de la hinchada, asegurando que tuvieran claro que iba a competir en una Olimpiada y no en una carrera de pueblo.
Sin duda que su final de los 5.000 metros de este viernes no fue su mejor carrera. Salió agazapado, marchó por detrás en el grupo de cabeza y en la última vuelta se descolgó, entrando octavo. Tras llegar a meta exhausto, vino el turno de las entrevistas. Con una sonrisa sincera, Mo Katir dijo a los periodistas: “Es mi primer año en la élite. Mi sueño era ser olímpico. Dejadme un tiempo más y veréis de lo que soy capaz”. En una tierra donde no andamos sobrados de alegrías deportivas, en la que cuesta lo suyo disfrutar de un éxito y en la que estos suelen ser por sistema un tanto efímeros, que aparezcan gentes como Alejandro Valverde, Ana Carrasco, Pedro Acosta, Carlos Alcaraz, Rafa Mir o el propio Katir, nos debe saber a gloria. Y que, además, presuman ante el mundo de sentirse parte consustancial de esta Región.
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