Hace una semana recibí la invitació a través de Blanca Nualart responsable de género en el Consell Català de l’Esport para asistir a la exposición de Mar Hernández Plana “Identitat esculpida” (identidad esculpida). Agradecer desde aquí el haber podido asistir y darle la enhorabuena a Mar por enfrentarse y ser capaz de contar su testimonio para que sirva a otras mujeres, por afrontar una enfermedad como el cáncer de mama con tanta valentía y por compartir su lucha con el deporte, en su caso el ciclismo. ¡Os recomiendo acercaros a ver su exposición!
No pude evitar empatizar con Mar y ponerme en su piel cuando contaba su historia, incluso se me escapó alguna lágrima, pues hace apenas 2 meses perdí a mi madre con un cáncer de colon con tan solo 56 años y sin previo aviso.
He aquí nuestra historia, la vivida por ella y sus familiares…el caso de mi madre fue fulminante ya que se lo detectaron el 5 de noviembre y fallecía el 9 de diciembre, no hubo prevención suficiente y cuando éste empezó a manifestarse, ya fue muy tarde. El nuestro ha sido un caso excepcional al tener afectados casi todos los órganos vitales; la probabilidad de que un cáncer de colon haga metástasis en cerebro es de menos de 1%, pero es que la probabilidad de hacerla en tiroides es todavía menor…era incurable y en Can Ruti no habían visto algo así desde hacía muchos años. Es imposible describir lo que se siente en una situación así.
A pesar de que yo y mi entorno fue lo más optimista que pudo y nos aferramos a las pocas esperanzas que teníamos por salvarla, la vida no le dio apenas opciones pues unas imprevistas hemorragias le hicieron ingresar la semana antes de empezar sus sesiones de quimioterapia y ya no salió de su ingreso, fallecía el día que debía empezar el tratamiento.
Todo fue muy rápido y forzado, no daba tiempo a asimilar tanto cambio, el sufrimiento y las malas noticias se sucedían a tal velocidad que ni tan siquiera podíamos ir al ritmo que ella se degeneraba…Yo empecé mi duelo meses antes, pues no sé si era intuición femenina o de hija pero algo me decía que no iba bien, y desde ése momento nos cogimos de la mano y como nunca antes, nos aferramos a la vida como pudimos. No te das cuenta, hasta que ves que estás a punto de perderla, de los pequeños detalles de la vida compartidos y de la impotencia de sentir cómo no puedes hacer nada, absolutamente nada, porque no está en tus manos el poder evitar el desenlace final. Soy consciente que para ella fue lo mejor, porque lo que le esperaba no era calidad de vida y nosotros ya tampoco vivíamos, lo duro es sentir el vacío que nos ha dejado, recordar todo lo que nos propusimos hacer cuando superara todo y asimilar todo lo que en ése curso exprés la vida nos enseñó, a su costa.
Meses antes del diagnóstico de mi madre ya tenía en mente tener un apartado dentro de Espacio De Corredoras para trabajar en ésa dirección, pero a raíz de su enfermedad y fallecimiento el camino fue claro y desde ése momento nació #elartedevivir.
Algo que realmente me impactó cuando lo diagnosticaron la enfermedad, es el miedo que le tenemos a la palabra cáncer en sí, por lo que el primer tema que me gustaría abordar es el de desestigmatizar la enfermedad pues es el primer paso para afrontarla con una actitud mucho más positiva.
Debemos aceptar lo que la vida tiene reservado para nosotros, y entre esas cosas estará la posibilidad de escuchar más casos de enfermos de cáncer entre nuestros seres queridos y también de gente joven. Cuanto antes trabajemos para ello, más preparados estaremos, más prevención habremos tenido y únicamente el azar decidirá…pero no debemos olvidar que la investigación es primordial para seguir avanzando, algo difícil en época de recortes pero que debemos exigir o ingeniárnoslas, de manera solidaria, para conseguir recursos de manera alternativa (eventos sociales o deportivos, crowfounding, etc.).
Reunir a expertos sobre la enfermedad y realizar charlas, hablar de la evolución y los progresos en investigación de la misma, difundir todo lo que se conoce hasta la fecha en materia de prevención, según el tipo de cáncer y lo que podemos hacer al respecto, acercar la información a los ciudadanos, es una buena manera de actuar e implicarse en la ayuda de la investigación contra la enfermedad, entre otras posibles acciones a desarrollar.
Llevar un estilo de vida saludable donde además de tener unos buenos hábitos alimenticios utilicemos el deporte adaptándolo a las necesidades y posibilidades de éste colectivo como arma o terapia para combatir la enfermedad. Antes, como prevención, a través de un estilo de vida saludable, durante, como terapia física y psicológica y después, para conseguir volver a la rutina de la vida diaria.
Quizás era pronto para mí acudir a una exposición de esta índole, pero siempre pienso lo mismo: si ellas son capaces de despertarse cada día con ganas de luchar sabiendo que tienen la enfermedad, ¿cómo no voy a ser yo capaz de escucharlas y cogerles la mano en lo que dure su batalla?
A todas las que estés pasando por éste duro trance, recibid de mi parte un abrazo reconfortante de 20 segundos y mi recuerdo permanente durante vuestra lucha. Un remedio que no tiene precio.
Por Mary Carmen González Reina