Me gusta escribir, me gusta lo que hago, pero sé que muchas
veces dejo de hacer estas cosas sin ninguna justificación, solo que no me
siento delante del ordenador para redactar, porque ideas siempre hay, muchas y más en este mundo que está a veces tan “patas
arriba”.
Hoy, conversando con mi amigo periodista dominicano, José
Rafael Sosa, al que tengo mucho cariño,
me echaba en cara el que aunque no esté ejerciendo la carrera de
periodista, si tengo el blog no escriba
más en él.
Es cierto, tiene razón, lo reconozco, pero no sé qué me pasa
a veces, que pese a que lo pienso en innumerables ocasiones no me pongo en ello…pero
bueno, nunca es tarde, y sé que la página está aquí para cuando decida como hoy
escribir.
Antes de continuar, quiero pedir disculpas a mis seguidores,
que sé que me siguieron un día porque les gustó la temática del blog y lo que escribo;
a vosotros os debo disculpas del alma por tardar tanto sin hacer acto de
presencia, por no dedicaros tiempo habiendo tantas cosas de qué escribir…siento
no estar tantos días, y espero no volver a dejaros por mucho tiempo.
También quiero aprovechar este momento, ya que no he escrito
nada en este 2012, para desearos que seáis felices, que vuestros proyectos se cumplan y vuestras
vidas estéis llenas de prosperidad.
Mi deseo desde Crónicas de una inmigrante es que continuemos juntos este camino, para seguir hacia adelante llenos de luz, de amor
y de mucha energía positiva con el fin de terminar este recorrido que hemos emprendido lejos de
nuestra tierra y de nuestra familia.
También aprovecho para compartir la alegría de mi embarazo
con vosotros/as, una época en la que por el estado de mi gestación (14 semanas)
y por tener a mi hija conmigo después de cinco años…soy inmensamente feliz.
Estos cambios me hacen cada vez más dichosa y mi mundo es mucho
más placentero, y me hace pensar y os aseguro que, “aunque existan momentos muy
duros, difíciles, en los que hayamos llorado desconsoladamente por situaciones
vividas…vale la pena seguir hacia adelante y luchar por nuestros sueños; levantarnos cuantas veces sean necesarias
aunque las caídas sean muy fuertes, vale la pena…levantarse, ver nacer un nuevo
día y cómo brilla el sol”.