Hay veces que las cosas no ocurren como nos gustaría a todos. Son esas veces en las que descubrimos que los cuentos de hadas son eso justamente, cuentos. Hay días en los que despiertas y te das cuenta de que la pesadilla continua sin que se pueda remediar nada. Estos han sido unos días de estos,
Seguro que todos albergábamos algún tipo de esperanza en el fondo del corazón, aunque fuese remota. Porque nadie quería ver la realidad, demasiados días, demasiado encierro, demasiado todo. Pero bueno, siempre quedaba la esperanza hasta que hemos recibido el mazazo al enterarnos de que el trabajo, el esfuerzo y el valor de tantísima gente que se ha dejado la piel no ha tenido el resultado que nos hubiese gustado. Pero aunque no se haya dado el milagro y de ese pozo no haya salido el pequeño con vida deberíamos saber valorar el trabajo de todos los que han arrimado el hombro para intentar arrancar al crío con vida haciéndonos mantener el hilo de esperanza hasta el último momento. Son personas anónimas que se han hecho un merecido hueco en el corazón, seres humanos que nos han enseñado de que están forjados los héroes.
Nos han hecho ver que todavía queda gente buena en este mundo que todavía podemos tener esperanza en esta especie humana. Son Geólogos, técnicos, Bomberos, mineros, Guardia Civil, GEAS, TEDAX … gente que cree en su trabajo hasta la última consecuencia, gente que ha llegado de todos los rincones de España y arriesgado su vida para intentar lo imposible, que ha trabajado mucho más allá de lo que resultaría exigible y que en cambio no ha hecho más que recibir críticas vacías y sin sentido por parte de descerebrados que los han calumniado hasta la saciedad en las redes sociales, en los medios de comunicación empeñados en sacar algún tipo de provecho de la desgracia aunque sea a costa de ahondar en su propia mugre a cambio de unos cuantos “clicks” y tertulianos de televisión que parecen algo así como la reencarnación del hombre renacentista, saben de todo, opinan de todo y son los mejores en todo. Si eso fuese así, sólo un comentario, podían haber ido ellos allí y haber hecho el trabajo, igual puede que el pequeño continuase con vida. ¿Verdad que estamos seguros que eso no hubiese sido posible? Pues entonces exijamos la erradicación de la telebasura que todo lo ha invadido y que se trate con un respeto más que merecido a los que si han puesto de su parte.
Pero bueno, puede que en el fondo no seamos tan distintos de los romanos aquellos que aplaudían la sangre en el circo. En esta sociedad fast food en la que vivimos la crítica es la palanca que mueve el mundo. Parece que los Haters hayan colonizado el planeta y seamos incapaces de valorar el esfuerzo del otro aunque sea con un simple y sincero GRACIAS. La verdad. Hoy me gustaría poder fundirme en un abrazo con cada uno de los que han trabajado día y noche persiguiendo un imposible. Elogiar su esfuerzo y valor que jamás podrá ser recompensado. Dar ánimos al minero que ha tenido que arrancar el cuerpecito de las entrañas de la tierra y a los psicólogos que han tenido que atender a una familia castigada por la desgracia injusta. Espero de todo corazón que sepamos respetar el dolor de todos ellos y que quede en nuestra memoria que los héroes existen, están entre nosotros, y que en Totalán se han dejado la piel intentando vencer en una carrera contra reloj a la crueldad de la naturaleza.