Una ruta para conocer lo mejor del arte del graffiti en Barcelona
Las calles de Poblenou forman parte de un museo contemporáneo a cielo abierto. Muchas de sus paredes están pintadas con graffitis, esas imágenes efímeras cuyo mensaje en muchas ocasiones no es ni obvio ni evidente pero no por ello carente de trasfondo ideológico.
- Primera regla (¿no escrita?) de quien se dedica a pintar paredes públicas: el exquisito graffiti que hoy estás mirando en una pared solo lo podrás tapar si te ves capaz de superarlo en belleza y/o simbología. Es un arte que asume su naturaleza efímera.
- Segunda regla: el buen ojo crítico distingue este arte urbano de esos otros garabatos vandálicos y feos que no expresan nada, solo ensucian y afean un lugar. Y para quien le quepa duda, hay grafiteros que exponen hasta en el MoMa.
- La tercera regla es que el graffiti no sigue reglas, esta enumeración me la inventé yo. No hay normas artísticas más que la misma libertad de expresión del autor.
Cuando lo ilegal se convierte en legal
En sus inicios, el graffiti era una actividad ilegal pero ahora, al menos en Barcelona, la administración cede espacios para el desarrollo del arte urbano y que gestiona la asociación Rebobinart. Así, la asociación promociona a artistas y emite permisos para pintar a quien lo solicite. Se organiza a su vez concursos, exposiciones y festivales por lo que sí, al graffiti en Barcelona se le tiene por lo que es, un arte urbano.
Quien quiera saber sobre la historia del graffiti le dejo este enlace que lo encontrará todo, desde dónde surge y quiénes son los exponentes más reconocidos que van dejando sus tags por todo el mundo, hasta qué materiales se suelen usar (porque no todo es aerosol)
Por favor, haz click y disfruta de la viveza del recorrido, que a esta ronda invito yo. Y recuerda que, si mañana pasas por las calles de Poblenou, puede ser que ya nada quede de lo que hoy aquí muestro.
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