Por el aroma se nos enamora. Eso está más que comprobado. Un chuletón sin ese aroma a ahumado, o una flor sin ese olor a primavera no es lo mismo, no nos enamoraría tanto. Pero, sin embargo, hay olores que pueden matar. El huevo podrido, la comida ya pasada, el pan con moho...son sólo algunos ejemplos. Y ¿Dónde va a parar estos deshechos? A la bolsa de basura. Producto, que por cierto, por lo que sea, a una no le atrae su olor. Tal vez sea por asociación. Asociamos el olor de bolsa de basura a su contenido, los desperdicios. O tal vez sea porque el olor en sí no gusta.
Sea por la razón que sea, ya hay marcas que están luchando contra esa sensación. Un ejemplo es el de Koroplast, que se ha propuesto enamorarnos con sus bolsas de basura perfumadas. Pero, ¿cómo lo han representado? Muy fácil: a través de una metáfora: nuestras bolsas de basura huelen tan bien que hasta el huevo podrido parecerá oler a flor.
Y para transmitir este mensaje tan curioso se han realizado unas gráficas hechas por Happy People Project que son una maravilla, en cuanto a calidad, sencillez en la forma (pero no en la ejecución), y colorido. Una publicidad no convencional en un sector que es bastante estático y racional.
¿Qué os parece este tipo de comunicación?
...Fin del paréntesis.)
[Estas imágenes han sido encontradas aquí]
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