Imagen: lne.es
Qué poco me gusta que se revuelva la basura. Una de las cosas que detesto de que esto se haga es porque el ambiente huele a podrido y si eres tú el que la remueve también te puedes quedar apestando. Precisamente fétido es el olor que se respira cerca de los responsables del documental emitido en el programa Callejeros de Cuatro de Mediaset la pasada semana, que, por enésima vez habla de lo peor que hay en Gran Canaria.
Pero al igual que ha pasado en esta ocasión con Gran Canaria, también ha pasado con Tenerife y a buen seguro que pasará con el resto de islas una vez que no encuentren recursos en los núcleos principales de Canarias o al menos no sean bienvenidos, si su intención es rebuscar los contenidos más sórdidos de una región como la nuestra, con la intención de saciar el morbo ácido de aquellos que se entretienen con cualquier cosa que les pongan.
Con esto no digo que se hayan inventado nada, pero vender que la noche de Gran Canaria es solo drogas y alcohol o prostitución es una burda mentira. Porque lo más sencillo para hacer este tipo de reportajes es buscar o preguntar donde hay más incidencia delictiva y marchar hasta allí cámara en mano y sacar a relucir lo peor de cada casa.
También fíjense qué fácil es en una playa de Canarias buscar a alguien que disfruta de un libro mientras toma el sol o escucha música. Sin embargo, díganme si no es más costoso encontrar a un grupo de señoras que jueguen al bingo o que en una playa kilométrica como es Maspalomas haya una zona donde los gays se encuentran y buscan intimidad, algo que si hicieran parejas de heterosexuales no vendería tanto.
Pero si le damos la vuelta a la tortilla, y buscamos en la basura de Mediaset y nos fijamos en los últimos datos de la patronal de cadenas privadas UTECA, el gasto de personal de Mediaset se sitúa en un 13% mientras que el de RTVE está en un 36%. Con esto qué podemos pensar, que en la cadena pública se cobra mucho o que realmente en la privada mucho menos de la mitad. Todo ello sin contar con los derechos de un sector tan castigado como es el de los medios de comunicación del que se abusa a diestro y siniestro.
Volviendo al tema en cuestión. Señores de Cuatro, cuando vuelvan a una de las islas del archipiélago pregunten qué es lo que más abunda antes de hacer valoraciones propias y verán que propios y extraños les dirán que gente cariñosa, playas exóticas, clima excelente y mucho más.
Y si están acostumbrados a nadar entre excrementos, búsquense otro lugar en la geografía española donde sumergirse porque lo único que nos faltaba con el paro y la pobreza que tenemos es que encima gripen nuestro motor principal, que no es otro que el turismo.
Esta es la crónica habitual de un día como otro cualquiera…