Se realizó el Primer Festival de Comunidades y Pueblos Indígenas en cinco sedes que comprenden Xilitla; Tamaletón, en el municipio de Tancanhuitz; el centro ceremonial de Chununtzén, municipio de Huehuetlán; La Lima en el municipio de Ciudad Valles y finalmente la comunidad de Santa María Acapulco en el municipio de Santa Catarina.
Del 20 al 22 de marzo se llevaron al cabo distintas presentaciones en los principales centros ceremoniales de las comunidades y los pueblos indígenas de la Huasteca. El primer día de actividades los voladores de Tamaletón interpretaron la Danza del Gavilán, que da nombre y realza el tradicional descenso que hacen los valientes a más de 20 metros de altura.
De Aquismón pudimos presenciar la danza Malinche y Tzakam Son de San Francisco Tampaxal, de Huehuetlán se presentó la danza de las Varitas, de Ciudad del Maíz la danza de San Juditas Tadeo y de Tancanhuitz la danza del Rey Colorado.
De Tamazunchale, los Mecos presentaron una pícara danza con personajes maquillados con tierra y otros pigmentos que además cargaban accesorios y pieles de animales como jabalí y tlacuaches.
El Festival además tuvo como estados invitados a Hidalgo y Guanajuato. De Hidalgo el trío Diferencia Huasteca interpretó música a ritmo de huapango y otra muy variada entre la que se encontraba La del Moño Colorado en lengua pame. El público presente en cada evento saltó rápidamente de sus asientos y se puso a bailar y zapatear, indígenas y mestizos hermanados en una danza que todos se permitieron identificar y disfrutar. De También de Hidalgo se presentó la Danza Tres Colores.
Del vecino estado de Guanajuato hicieron su presentación los Chichimecas Jonaz, agrupación que interpreta danzas y música, además de realizar una serie de ejercicios en los que se simulan batallas con hachas, espadas, lanzas, cuchillos.
El 21 de marzo pasado, en el Centro Cultural Tenek de Chununtzen, se rindió un merecido homenaje a Flavio Martínez Terán, promotor e impulsor de las tradiciones y la cultura indígenas en la Huasteca.
Santa María Acapulco, en lo alto de la Sierra Gorda del estado potosino, fue el marco para el cierre de éste festival que atrajo al público a espacios que no se visitan regularmente, a distancias que se recorrieron con el ímpetu y la alegría, y que permitió que recintos religiosos como la iglesia de la Asunción, de Santa María Acapulco en el municipio de Santa Catarina, abrirán sus puertas para recibir al amplio contingente de artistas indígenas y personal de logística que todo el festival movió equipo técnico y humano para alcanzar a las poblaciones indígenas del estado.
El público asistente se mostró entusiasmado y advirtió que el año entrante esperan la segunda edición de éste Festival de Comunidades y Pueblos Indígenas, para invitar a sus amigos y familiares.?