Terminamos el viaje con esta etapa, visitando dos cascadas cercanas a la capital. La primera Seljalandsfoss, es posiblemente la más popular de Islandia por la particularidad de poder caminar por detrás de la caída de agua; acceder a este punto y contemplarla desde su interior es un espectáculo; su fácil acceso la hace muy concurrida. A unos 200m se encuentra otra cascada muy peculiar, y posiblemente la más original de las que hemos visto, se trata de Gljufrafoss o Cascada Escondida; como su nombre indica no está visible desde el exterior, hay que adentrarse por un estrecho corredor de roca, pisando el lecho del mismo río, hasta alcanzar una bóveda abierta por arriba desde donde se precipita el agua; no es muy conocida, y pese a la proximidad de su vecina, no es tan visitada; advertir que la entrada se debe tener precaución por lo resbaladizas de las rocas del lecho del río, y una vez dentro el agua que precipita produce una neblina que nos empapa. Visto este espectacular enclave, nos dirigimos a la capital Reykjavyk donde concluimos este maravilloso viaje, lleno de contrastes, y de naturaleza en estado puro. Si os lo podéis permitir en algún momento, no dudéis de visitar este país, os dejará impresionados.
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