Revista Cultura y Ocio

Grandes esperanzas, de Charles Dickens

Publicado el 27 marzo 2013 por Cris @estanteriaazul

coverPhilip Pirrip, conocido como Pip, es una niño huérfano que, viviendo con su hermana y su cuñado, tiene un terrorífico encuentro con un preso que había escapado de un barco-prisión. Éste, asustando y amenazando a Pip, le pide víveres y una lima. Pip decide ayudarlo a escondidas de su hermana robando para el convicto, aunque varios días después es encontrado y llevado de vuelta a la prisión.

Años después, Pip es mandado a la tenebrosa mansión de la rica y recluida Señorita Havisham, para que pueda entretenerla. Allí, Pip conoce a Estella, una niña seca, hermosa y altiva. Al conocerla se dará cuenta que sus manos son bastas y sus botas demasiado gruesas y, enamorado de la niña, sabe que no está a su nivel. Todo cambiará cuando recibe una misteriosa fortuna de manos de un benefactor secreto que desea hacer de él un caballero.

“Fue aquél un día memorable para mí, porque me trajo grandes cambios. Pero en todas las vidas ocurre lo mismo. Imaginad que se suprime de ellas un día determinado, y pensad cuán diferente habría sido su curso. Deteneos los que esto leéis a pensar por un momento en la larga cadena de hierro y oro, de espinas y flores, que nunca os hubiera atado de no haber sido por un primer eslabón que se formó en un día memorable.”

Admito que si he leído Grandes Esperanzas ha sido por el estreno de la nueva adaptación cinematográfica, pero sólo fue una ayuda extra a la hora de decidir cuál iba a ser el siguiente libro de Charles Dickens que iba a leer. Conocí su narración en La tienda de antigüedades y lo disfruté más con Cuento de Navidad; con la novela de hoy he podido apreciar mucho más cómo manipula a los personajes, cómo éstos están perfectamente construidos y cómo el Londres del siglo XIX acaba atrapando al lector.

La novela narra la vida de Pip, desde que era un niño de siete años, inquieto y travieso, hasta su madurez; un viaje por su infancia, su adolescencia, hasta convertirse en  un hombre como tal. Aunque sea un personaje que claramente evoluciona con el paso de las páginas, siempre hay algo de su niñez en él, quizá esos sueños que nacieron el día que pisó la mansión de la señorita Havisham y que se mantienen durante todos los años por muchos contratiempos que surjan. Habrá momentos que le tengamos cariño y otros en que no lo soportemos, veremos los errores que comete y cómo sus esperanzas la ciegan.

Los personajes, tan variopintos y tan extraños, son el punto fuerte de Dickens. Siempre hay algunos retorcidos y otros que sorprenden con su actitud. Destaco a la señorita Havisham por ser un personaje que tienes presente desde el primer momento en que aparecen. No se puede negar que si ella no hubiera entrado en la vida de Pip, éste no hubiera querido ser un caballero. También destaco a Joe, cuñado de Pip, uno de los personajes más benévolos que he tenido el placer de leer, en otras palabras, es un buenazo. Por él y por dos o tres personajes más, me obligo a decir que han sido los personaje secundarios los que me han atrapado (incluso la señorita Havisham con lo extravagante que es). Grandes Esperanzas es un libro de contrastes: personajes ricos y personajes pobres, buenos y malos, razonables e ilógicos, y en medio de todo se encuentra Pip el cual vagará de un lado a otro sin tener clara una razón de ser, pero con un único objetivo: Estella.

“¡Quiérela, quiérela, quiérela! Si te favorece, quiérela. Si te hiere, quiérela. Si te desgarra el corazón, y a medida que crezca y se haga fuerte, te lo desgarra más… ¡quiérela, quiérela, quiérela!”

Para mí, la novela no es una historia de amor. Lo digo porque no quiero que nadie se confunda. Sí hay amor, pero no como el que podéis pensar y no es la trama principal que quiere mostrar Dickens. Pip se enamora de Estella en cuanto la ve por primera vez y es por ella por lo que se entregará a la vida de lujos que le aporta su benefactor. Pero la historia no se cierra solamente a ello, ¡ni mucho menos!, sino que coge otro camino totalmente distinto (y del que no pienso decir nada). Hubo un momento –a mitad de la novela- que me sentí perdida, no comprendía qué me estaba queriendo decir Dickens, pero fue justamente en ese momento cuando la historia da un giro sorprendente (o  al menos yo no me lo vi venir). Además, como con la mayoría de las novelas de Dickens (desconozco si ocurre en todas), en que los capítulos eran publicados semanalmente, el autor sabía muy bien lo que tenía que hacer para mantener al lector interesado, aprovechando las últimas líneas del capítulo para sorprender al lector. Al cerrar el libro, y con ese final tan intenso, comprendí las razones por las que el autor llamó su novela de esta manera: cada personaje que aparece tiene sus propias grandes esperanzas.

He oído que Grandes Esperanzas es una de su obras maestras, de las más populares (ha sido adaptada más de 250 ocasiones), y realmente es un novela  increíble, indispensable para todos los lectores de la literatura decimonónica ya cartel 70x100.inddque en ella se refleja la época a la perfección, ya no sólo por cómo define a los personajes que caminaban por su calles, sino por las descripciones que muestran a un Londres desgarrador pero lleno de esperanza.

Hay grandes actores en la versión cinematográfica que se estrena hoy, 27 de marzo, eso es innegable: Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter, Jeremy Irvine, etc., y por el tráiler parece tener una puesta de escena espectacular. Sin embargo, temo que caigan en el error de dar demasiada importancia a Pip y Estella, a transformar la historia en una puramente de amor. Últimamente me da la sensación que siempre caen en el mismo error todas las adaptaciones que se hacen: enfatizar el amor para que aumente el número de telespectadores.


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