El Capitán Átomo al frente de los héroes…
Como hemos comentado ya alguna vez, 1988 fue el año de la locura de los crossover en DC. Hemos hablado de Millenium, hemos hablado de Odisea Cósmica… y nos quedaba Invasion! (así, sin secreta ni nada). Si el Universo Marvel es rico en razas extraterrestres (conocemos a los Skrull, los Kree, los Shi´ar, los Badoon…) en el Universo DC el número de razas extraterrestres es aún mayor y aún más relacionadas con la Tierra incluso que en el Universo Marvel. Y esta saga, Invasión!, llegaría precisamente de la interrelación de estas razas extraterrestres con la Tierra.
Evidentemente, como los protas de las historias de superhéroes casi siempre son terrestres, y la mayoría de ellos con residencia en EE.UU, muchas razas ajenas a nuestro planeta se volvieron hacia nosotros, decididos a limitar la influencia de los seres humanos en el universo. Empujados por los dentudos alienígenas llamados “El Dominio”, creados en origen para ser enemigos de la Legión de Superhéroes en el Siglo XXX, pero convertidos en los líderes del ataque de una alianza alienígena formada por los Khunds (también originarios de la historia de la Legión), los Thanagarianos (el pueblo halcón al que pertenecía el Hawkman de la época), los Gil´Dispah (creo que los crearon para esta ocasión), los Señores de la Guerra de Okaara (procedentes de Vega y por lo tanto del entorno de los Omega Men), la Ciudadela (mismo entorno), los Daxamitas (procedentes de la colección de Superman, como semejantes a los Kryptonianos, el legionario Mon-El era un miembro de esta raza), y los Psiones (enemigos de los Guardianes del Universo, y por lo tanto, de los Green Lanterns). Estas razas fueron manipuladas por los Dominadores para atacar la Tierra, debido a las múltiples injerencias de los metahumanos en los asuntos de otras razas, aunque el verdadero interés de los Dominadores era conseguir averiguar el origen del llamado “metagén”, y como replicarlo para convertirse en una fuerza imparable en el universo.
La estructura que siguió a este planteamiento, como podréis imaginaros, fue el desparrame de los alienígenas por todas las colecciones
Los Héroes frente a los Dominadores…
que DC tenía en los mercados. Flash, Animal Man, la Liga de la Justicia, Superman, Batman, Wonder Woman, Green Lantern, Jaque Mate, el Capitán Átomo, los Omega Men, Firestorm, el Espectro, la Cosa del Pantano, el Escuadrón Suicida, la Patrulla Condenada… todos ellos se vieron mezclados en diferentes ataques de los alienígenas, que conquistaron Australia en su primer embate, y que parecían dispuestos a extenderse por todo el planeta.
Básicamente esta sería la historia (que se vería tristemente copiada por Marvel en su también triste Maximum Security), sin mucha mas originalidad en las historias. Los Daxamitas se daban cuenta de que estaban siendo engañados por los Dominadores y rompían la Alianza, ayudando a los superhéroes a derrotar a sus antiguos aliados, pero no antes de que los Dominadores pudieran hacer detonar una “Metabomba” que acabaría con todos los poseedores del metagén en la Tierra. Para evitarlo, los héroes sin metagén (los que no tenían poderes, como Batman, los extraterrestes como J´onn J´onnz o Superman, o aquellos con armaduras como Booster Gold o Rocket Red) se tuvieron que aliar y conseguir una “no-Metabomba” que anulase los efectos de la anterior, evitando así que todos los metahumanos murieran.
Como peso, INVASIÓN! no fue una de esas series que tuvieran una gran relevancia en el universo DC, aunque se utilizó para reubicar al Capitán Átomo como líder de los superhéroes, justificar la apertura de la embajada de la Liga de la Justicia en París (que daría pie a la Liga de la Justicia de Europa), cerrar la serie de la Patrulla Condenada y darle poderes a Maxwell Lord, que aquí comenzaría a poder manipular las mentes de la gente a costa de hemorragias internas (el ya sabido hilillo de sangre que hemos visto últimamente desde Cuenta Atrás a día de hoy en todo lo relacionado con Lord). Y poco más, la verdad.
A nivel editorial, Keith Giffen, escritor de JLA sería el creador de la serie, con Bill Mantlo en la serie principal, en el que seria su primer trabajo para DC después de dejar Marvel, mientras que los lápices de la serie central estarían en manos de un joven Todd McFarlane, que no tardaría mucho en conseguir los laureles de la gloria en el universo del comic.
En fin, INVASIÓN fue una más de los muchos crossover en los que DC se sumergió a finales de los 80 y primeros 90… y que mantenía una línea de flotación realmente mediocre.