- ¿Crees que se podrá tomar?
Me preguntaba un señor que me mostraba una botella de limonada que acababa de encontrar.
- ¿Está caducada? La verdad es que en alguna ocasión, yo he tomado bebida caducada sin ninguna consecuencia - al menos aparentemente, pensé - ¡pero cualquiera sabe!
Había reunido unos cuantos objetos que estaba repasando justo en el momento en que yo pasaba por allí. Cuando me disponía a marchar, me pregunto:
- ¿Tienes niños? – mostrándome un juguete que todavía se hallaba en su envoltorio original.
Sonriendo, le contesté que si pero que mucho me temía que ya no tenía edad para ese tipo de juguetes.
- Aún así, ¡muchísimas gracias!
Y marché a casa, dando vueltas a aquella conversación y me llegó a emocionar pensar que aquel señor, que por el motivo que fuese se estaba buscando la vida con lo que el resto desechamos hubiese tenido ese gran gesto… ¿acaso no debería haber sido al revés?
¡Tenemos tantísimo que aprender! ¿No crees?