Revista Coaching

Grandes lecciones de la vida

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Grandes lecciones de la vida

El cantante Pau Donés, conocido por temas como La Flaca o Depende, entre otros muchos, falleció el 9 de junio de 2020 a los 53 años. Le fue detectado un cáncer de colon en 2015 del que quedó limpio y dos años después sufriría una recaída a la que no podría ganarle la batalla.

En septiembre 2020 se producía el Documental Eso que tú me das por parte de Jordi Évole acerca de su vida, figura y enfermedad. Dos semanas después de grabarse fallecería. Por mi parte hace unos días terminaba de leer su libro 50 palos... y sigo soñando que escribió en 2017, donde plasma con autenticidad sus reflexiones acerca su carrera, su vida o su enfermedad.

Sólo te apunto cinco lecciones extraídas por si te pueden ser útiles:

1. ANTE TODO, ACTITUD.

El éxito comienza con tu actitud; y una actitud es una respuesta, se elige. Elegir nuestra actitud es nuestra gran libertad. Elige tu actitud, elige tu vida. Las personas de éxito no son infalibles pero sí saben interpretar todo lo que les ocurre como un aprendizaje. Escribe Pau Donés en su libro 50 palos... y sigo soñando: "[Mi madre] se suicidó justo una semana después de que yo cumpliera los dieciséis años (...) La muerte de una madre... ¡Menudo palo! La lección fue severa pero definitiva: el sentido de la vida cobró la importancia que en realidad tenía y que yo, hasta el momento, no le había sabido dar. Sufrí un dolor insoportable, un miedo atroz e infinito. ¿Cómo se podía vivir sin madre? ¡Joder, qué puta mierda! Pero a la vez aprendí que la vida era lo mejor que tenía, y que yo no la iba a dejar pasar. Nunca nadie me ha dado una lección tan poderosa, y si soy lo que soy es gracias a la fortaleza que mi madre me transmitió de forma tan dura y fulminante. ¡Gracias, mami!". No se puede expresar mejor.

2. LA SOLEDAD, UNO DE LOS CONCEPTOS PEOR ENTENDIDOS.

Dice Pau: "La soledad me ha dado proporcionado momentos gloriosos (...) En soledad es cuando afloran los sentimientos más íntimos, los más puros, es cuando más libre de ser yo mismo me he sentido. Estando solo nadie te juzga, nadie te impone, nadie te molesta. Es también en soledad cuando los secretos salen de su escondite para dejar de serlo. Bueno, sin ir más lejos, todas las canciones de Jarabe de Palo las he escrito estando solo, porque para estar solo no es necesario que no haya nadie". Y es que no es lo mismo estar solo que sentirse solo. Lo primero es estimulante, lo segundo es deprimente. Pero a menudo la sociedad identifica estar solo de la misma manera que sentirse solo, y eso es un grave error. Una soledad elegida y gestionada oportunamente puede ser un manantial de creatividad, de paz interior, de engrase de las relaciones y otras muchas cosas más. Hay momentos para estar juntos y otros para estar con nosotros mismos. Se puede estar solo y muy bien acompañado al mismo tiempo: de amigos, familia, compañeros. Sentirse solo es otra cuestión: "El sentimiento de soledad es lo más parecido a la pena −señala Pau−, y la pena no mola. Nada".

3. LA TRISTEZA, OTRA GRAN INCOMPRENDIDA.

Igual que existe el día y la noche, el sol y la luna, la luz y la oscuridad, también existe el binomio alegría y tristeza. La tristeza, en dosis adecuadas, también tiene sus virtudes. Son momentos de recogimiento y autoconocimiento que bien administrados pueden ser muy fértiles. El propio cantante reflexiona: "De vez en cuando me gusta estar triste, disfrutar de ese momento en que la melancolía se apodera de tu emotividad. En mi caso, la tristeza potencia la sensibilidad y aprovecho para recogerme y reflexionar sobre las pequeñas cosas que he pasado sin pensar, para quitar el pie del acelerador y concentrarme en las que, de la mano de la tristeza, me hacen sentir bien". Evidentemente, la tristeza hay que sentirla y luego dejarla ir, porque la tristeza permanente conduce a la depresión. Y la depresión es la enfermedad del alma. El mayor error que se puede cometer al hablar de felicidad −tema universal donde los haya−, es pensar que ser feliz es estar feliz todo el tiempo.

4. LA PRISA MATA.

Eso fue lo que le dijo un comerciante de alfombras marroquí, ante la premura de Pau en El Zoco de Marrakech por salir de la tienda y hacer las muchas cosas que quería hacer: "La prisa mata". Las prisas, el ruido y sus derivados, todo son generadores de estrés que a menudo dan lugar a enfermedades derivadas de conflictos emocionales mal gestionados. Con prisas, no se puede saborear nada bien. Mejor menos y bien masticado, que mucho a toda pastilla y sin masticar. El cantante nos deja las siguientes palabras: "Siempre a full, siempre con el cuentarrevoluciones a tope, como si el mundo se fuera a acabar mañana. Creo que terminé volviéndome adicto a ir siempre de puto culo, con lo bien que se vive sin correr. Es más, estoy seguro que gran parte de la culpa de mi 'cangrejo' −como llama al cáncer− la tiene la urgencia con la que he vivido". Ya decía el escritor Baltasar Gracián (1601-1658) que "los sabios suelen pecar de lentos, porque una mirada atenta exige detenerse". Que no nos pase lo que apuntaba Quevedo (1580-1645): "He llegado sin darme cuenta que he viajado".

5. LA ILUSIÓN COMO MOTOR DE VIDA.

Hace algún tiempo dejaba en mi cuenta de Instagram la siguiente reflexión: "Encontrar razones para ilusionarse es uno de los secretos de la felicidad. El ser humano vive en el presente pero empapado de futuro. Somos nuestras ilusiones". Una persona sin ilusión (es) no vive, sobrevive. Está presente de cuerpo, pero disecada de espíritu. Una persona ilusionada va dando saltos, una persona desencantada va arrastrándose. Las personas de éxito viven apasionadas, descorchan ilusión y energía por donde pasan. Personifican el entusiasmo en su máximo grado. No es casual que la palabra entusiasmo proceda del griego en-theos ( en: dentro; theos: dios), esto es: dios de dentro; como si la energía suprema (poder infinito, dios) nos invadiese y actuase a través de nosotros con todo su ímpetu. Pau lo tiene claro: "La ilusión es muy potente. Es un sentimiento acojonante, imprescindible. Si algo no me ilusiona soy incapaz de hacerlo. En cambio, por ilusión puedo conseguir lo que me proponga, cualquier cosa. Creo que muchas de las aventuras en las que me he embarcado las he conseguido gracias a la ilusión que me hacía emprenderlas. La ilusión me ha ayudado a convencer a muchos sobre proyectos que en condiciones normales me hubieran tumbado a la primera (...) Las caras que expresan ilusión son irresistibles, arrolladoras (...) ¡Que vivan los ilusos!".

Muchas más lecciones podríamos seguir comentando. 50 palos... y sigo soñando se compone de cincuenta capítulos variados sobre la música, la vida, las parejas, el trabajo, la enfermedad, la amistad... y otras muchas anécdotas cotidianas más que te hacen reír en ocasiones. Merece aprender de quien ha vivido, ha sufrido, ha disfrutado.

Como escribimos en Fast Good Management, el Capítulo 1. ¿Quién sabe lo que los problemas pueden hacer por ti?: "La adversidad no es plato de buen gusto para nadie, pero antes o después toca a las puertas de todas las casas. Es inevitable. A menudo, sin embargo, la diferencia entre unas personas y otras no reside tanto en los problemas que tenemos que afrontar (realidad objetiva) como en la forma en que respondemos a los mismos (realidad subjetiva). Mientras algunas personas se hunden, otras salen fortalecidas convirtiendo las dificultades en crisis de crecimiento y madurez". Lo decía Hellen Keller incluida en Aprendiendo de los mejores 2 (Alienta, 8ª edición): "El mundo está lleno de sufrimiento pero rebosa de personas que lo han vencido y en su lucha descubrieron algo valioso".

Fuente: https://franciscoalcaide.com/blog-francisco-alcaide-2/291-grandes-lecciones-de-la-vida


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