"(...) He venido a enterrar a César, no a elogiarlo. Los malos actos de los hombres viven más que ellos; los buenos mueren con ellos. Así sea en el caso de César. El noble Bruto os ha dicho que César era ambicioso. Si así fue, fue una grave falta, y César ha pagado por ella. Aquí, con permiso de Bruto y los demás, pues Bruto es un hombre honrado, igual que ellos, vengo a hablar al funeral de César. Era amigo mío, fiel y justo conmigo. Pero Bruto dice que era ambicioso y Bruto es un hombre honrado. Trajo muchos cautivos a Roma y sus rescates llenaron las arcas públicas. ¿César pareció ambicioso entonces? Cuando los pobres lloraban, César lloraba. La ambición debería ser más dura. Pero Bruto dice que era ambicioso y Bruto es un hombre honrado (...)".