Revista Cine

Grandes obras breves

Publicado el 02 marzo 2012 por Josep2010

Grandes obras breves

En apenas quince días hemos visto repartirse premios y aplausos, parabienes y lisonjas, y hemos podido comprobar que las sonrisas obedecen a la falta de sentido del ridículo y a la felicidad del momento y a la oculta satisfacción de planes preconcebidos que alcanzan su meta casi de forma desapercibida.
El colofón ha sido la entrada en vigor de una norma creada para intermediarios, para simples y estúpidos comerciales que se aprovechan del trabajo de otros medrando y obteniendo pingües beneficios sin el sudor de su frente más allá de esforzarse sonriendo sobre una alfombra roja prestando la jeta a los focos comprados, utillería mediática que responde a los designios de gentes cuya fecha de caducidad está cercana porque se aferran a costumbres arcaicas que antes de una década habrán desaparecido.
Mientras tanto el cinéfilo empedernido se revuelve comprobando que en los galardones falta el brillante designio del desierto para hacer justicia de vez en cuando, aunque cuando se llega a los últimos lugares, a ese final de la lista, cuando apenas quedan ya espectadores despiertos en una gala gazmoña y pesada, aparecen las menciones a los cortometrajes y aparecen cinco piezas, de las cuales tres mantienen la gentileza y demuestran falta de avaricia y cicatería y, al momento de escribir esto, se pueden disfrutar plenamente a través del portal de vídeos más conocido.
Del Canadá, destino soñado, llegan dos finalistas, dos nominadas:
Canadá presume de tener dos lenguas y sin utilizar ninguna de las dos este cortometraje nos muestra sin palabras el día de asueto a través de un niño protagonista, con trazos sencillos y dinámicos. Vean y disfruten Dimanche/Sunday
Otra producción canadiense se inspira en el deseo humano de partir fijando la vista al modo tradicional en el oeste, ése lugar donde se pone el sol al cabo del día, más allá día tras otro, hasta asentarse donde uno espera hallar eso que busca... o no...
La titulan y doblan en francés como Une vie sauvage y en inglés, naturalmente, como Wild Life
Escojan el idioma que les plazca, pero presten atención a la extrema calidad de todos los sonidos.
Y por último, el cortometraje estadounidense que se llevó el premio, un excelente ejemplar de gran obra breve, un canto al amor a los libros contado con muchísima sensibilidad y sin ninguna palabra, mediante el lenguaje universal del cine: The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore que tuve la suerte de conocer antes de obtener su galardón en casa del amigo Alfredo hace muy poco.
Si aprovechan para ver estas tres imperdibles piezas breves, seguro que tienen buen fin de semana.

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