“Del revés“ y “Up“: por ahora sólo estas dos películas de animación habían aparecido por el blog. La primera con una historia que nos fascinaba por su historia y la segunda porque nos emocionaba hasta la lágrima en su secuencia inicial. Sin embargo no había hablado de mi película de animación preferida, “Bichos“, así que vamos a ello…
Me encanta “Bichos“. Cada vez que la veo me hace reír, me encandila, me maravilla. La imaginación desbordante que desprende es simplemente fantástica, a pesar de que la historia en la que se basa no es en absoluto original.
¿Conocéis “Los siete magníficos”, esa película del Oeste en la que un pueblo mexicano es aterrorizado por un grupo de bandidos y varios de los habitantes de ese lugar salen en busca de pistoleros que les defiendan? Pues “Bichos” es una adaptación de ese relato en la que en lugar de un pueblo de indefensos granjeros tenemos una colonia de hormigas, donde los mafiosos son unos saltamontes y donde los rescatadores son unos insectos de una compañía de circo. ¡”Bichos” es un western genial!
Además de ese giro maestro a la aventura primitiva, los creadores de “Bichos” consiguieron algo único: convertir una película de animación en una epopeya, una fábula con tintes épicos. Para lograrlo se apoyaron en tres pilares fundamentales: la realidad conseguida con todo detalle gracias a la técnica de la animación por ordenador, un guión robusto que aportaba hazañas increíbles y personajes tiernos, y una banda sonora a la altura de películas como “Solo ante el peligro” o “El bueno, el feo y el malo”.
El colorido de cada plano, el detallismo en los rasgos y la personalidad de cada protagonista convierten cada escena en una delicia. No tengo ni idea de lo que pudo costar gestar el guión de la película y la elaboración de cada uno de los encuadres, pero sólo se me ocurre decir que el resultado es arte puro.
Pero el final, cuando aparece el “The end” junto al árbol de Isla Hormiga, se produce un giro que hace de “Bichos” algo magistral: las tomas falsas. Hasta ese rótulo de “Fin“, veíamos una película de dibujos que ahora eran insectos, pero que podían haber sido monos en “El libro de la selva” o relojes y candelabros parlantes en “La bella y la bestia”.
Pero cuando aparecen esas tomas falsas nuestro punto de vista sufre un giro total: ¡son los propios bichos los que han rodado la película! A lo mejor os parece una tontería, pero cuando lo vi por primera vez me dejó con la boca abierta: aquello era “cine dentro del cine” pero con un salto doble mortal y triple tirabuzón.
La anterior película de Pixar, “Toy Story”, me gustó, pero con los detalles que os he contado, “Bichos” me pareció muy superior.
Llevamos tiempo leyendo en distintas páginas que estos estudios está planeando hacer una secuela, pero parece que por ahora no hay nada concreto y casi os diría que me alegro: superar la originalidad de la película de esta entrada me parece, por lo menos, muy complicado.
“Bichos, una aventura en miniatura“
(“A Bug´s Life“, John Lasseter y Andrew Stanton, 1998)
Si os gustó “Bichos, una aventura en miniatura”…
… seguro que ya tenéis la película por casa, pero lo que quizá no tengáis es la banda sonora de esta cinta. Su compositor, Randy Newman, se ha encargado de poner música a muchas películas de Pixar, pero también a tres cintas que siempre me han encantado: el western “Maverick”, con Jodie Foster y Mel Gibson, “Despertares”, con un increíble Robert DeNiro y “Pleasantville”, una maravilla que mezcla escenas en blanco y negro con otras en color.
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