En las listas de los grandes villanos de Marvel los enemigos de Spider-Man han aparecido alguna que otra vez, pero siempre me he dejado en el tintero el que puede que sea, de manera merecida, el número uno de todos ellos o, al menos, uno que es tan interesante que ha evolucionado casi al mismo tiempo que el propio Peter Parker: Otto Octavius, el Doctor Octopus.
Porque admitámoslo, el Duende Verde es un personaje interesante pero de lectura única, obsesión con Spider-Man y fin de la historia (Norman Osborn es ya un personaje diferente en sí mismo). Venom también fue un gran villano pero ha pasado por tantos estadios y transformaciones que ya no se le puede considerar la archinémesis por excelencia del trepamuros. Lo interesante sin embargo de Octopus es que, en vez de ser creado por contraste, su interés proviene de su similitud con el propio Peter.
Otto Octavius era un científico experto en física nuclear y radiación. De hecho, en todo el Universo Marvel, siempre se le ha considerado como El Experto en estos dos temas. Con el fin de realizar sus experimentos bajo condiciones seguras solía llevar un arnés con cuatro brazos mecánicos que le permitían trabajar a la distancia adecuada, pero que le valieron el mote despectivo de 'Doctor Octopus'. Un infortunado accidente de laboratorio fusionó el arnés a su cuerpo y le permitió controlar los brazos con la mente, y nació así uno de los enemigos más perseverantes y siniestros de Spider-Man.
Lo primero de todo y más interesante es que Parker y Octavius son en realidad dos caras de la misma moneda. Ambos son grandes científicos que, de haber sido otras las circunstancias, habrían trabajado juntos sin la menor duda. Ambos fueron motivo de burla y mofa en sus respectivos entornos, y ambos surgieron de accidentes de laboratorio. Lo que los diferencia, como señalaba muy bien la fantástica novela gráfica 'Vidas paralelas', es su trasfondo emocional. Peter es producto del afecto, tanto el de su tía May como de Mary Jane Watson. Otto, sin embargo, nunca obtuvo ese soporte emocional. Otra excelente historia posterior explica que Octavius tenía una madre que le quería pero al mismo tiempo dependía de él y que le impidió contraer matrimonio, lo que le volvió un ser solitario, taciturno y amargado, e incluso sugiere que el accidente fue una causa indirecta de su tristeza y posterior descuido laboral. Historia excelente, por cierto, en la que Octopus roba un isótopo experimental no para desatar el caos sino para intentar salvar la vida de la que fue su prometida, tras lo que, al fracasar, se entrega sin ofrecer resistencia. Lo irónico del asunto es que jamás le dice a Spider-Man el verdadero motivo del robo y posterior experimento.
Y es que las dos trazas de personalidad que mejor definen a Octopus o Doc Ock, como le llaman a menudo, son su inmensa inteligencia y su carácter engreído. Él no es un villano cualquiera que perpetra simples atracos. Más que dinero o poder lo que busca es notoriedad y reconocimiento, lo cual resulta llamativo porque en verdad tendría ese reconocimiento si no se dedicara al crimen y a poner en peligro la vida de civiles inocentes. Incluso el mismísimo Reed Richards, la mente más brillante de todo el Universo Marvel, tuvo que pedir su ayuda de manera desesperada porque era el único que podía ayudar a que su esposa se curara de un exceso de radiación que, finalmente, provocó el aborto de su segundo hijo, en el que es uno de los mejores cómics de los Cuatro Fantásticos.
La inteligencia de Octopus no sólo se limita a su disciplina científica, sino que es una mente cultivada en múltiples aspectos e incluso con indudables dotes de liderazgo, como demostró al encabezar la formación original de los Seis Siniestros, donde tenía a sus órdenes a pesos pesados de los enemigos de Spider-Man como Electro, Misterio o El Buitre. Sin embargo el máximo logro en la vida de Octavius, curiosamente, fue dejar de ser Octavius. Gracias al talento narrativo del guionista Dan Slott, asistimos a un hecho impensable cuando Octopus logró transferir su mente al cuerpo de Peter Parker y lograr lo que toda la vida había deseado: una segunda oportunidad. Poseyendo un cuerpo joven y fuerte demostraría que podía ser tan heroico como su predecesor, y así lo hizo en el arco argumental Superior Spider-Man, donde asistimos estupefactos a la conversión del villano en héroe, siempre bajos sus distorsionados términos, por supuesto, que le hacen cruzar toda clase de líneas en un esfuerzo patológico por demostrarse a sí mismo que es mejor Spider-Man de lo que Parker sería jamás.
En el mundo cinematográfico Doc Ock ha sido tratado con bastante respeto y gran acierto. La película de Spider-Man en la que aparece, la segunda de la trilogía original, no es la mejor de las tres pero tampoco la peor, y además el actor que le interpreta, Alfred Molina, realiza una excelente interpretación del personaje. El diseño y tecnología de los brazos robóticos quedó muy bien y no ha perdido un ápice de vistosidad, como se ha demostrado cuando Octopus resultó elegido, nada menos que 17 años después, para reaparecer en una película de Spider-Man, interpretado por el mismo actor. A día de hoy sólo el tráiler se ha mostrado de esta película multidimensional, pero es, de los múltiples villanos que aparecen, sin la menor duda el que acapara más tiempo de pantalla y, por qué no decirlo, más carisma, y está por verse si de hecho liderará una vez más a los infames Seis Siniestros. Porque otros pueden llevarse la fama, pero Octopus siempre ha sido, sin la menor duda, uno de los peores y más letales enemigos de Spider-Man, y lleva tiempo reclamando su puesto como el mejor, o más bien el peor de todos ellos.