Las grasas tienen un rol muy fundamental en la alimentación y hay que tener cuidado con su consumo, y que no todas son saludables y su ingesta puede ser nociva para nuestra salud.
Lo importante es conocer los diferentes tipos de ácidos grasos para poder usarlos en forma correcta, mejorar la calidad de vida y prevenir así enfermedades.
Dentro de los ácidos grasos saludables se encuentran los denominados esenciales, los cuales no pueden ser fabricados por nuestro organismo y debemos incorporarlos mediante los alimentos. Ellos son poliinsaturados y a este grupo pertenecen los Omega 3.
Su consumo se vincula inmediatamente con los pescados de mar por ser considerados la mayor fuente de estos ácidos grasos, pero una dieta vegetariana encuentra en las semillas de chía y de lino las fuentes vegetales con mayor concentración de 0mega 3, además de una gran variedad de alimentos que lo contienen, como las algas-en especial la espirulina-, semillas de sésamo y calabaza, nueces, aceites de soja y canola, huevos, vegetales de hoja verde, como verdolaga, lechugas y espinacas, frutillas, repollos, pepinos, la avena y el germen de trigo.
Los Omega 6:
Son otros de los ácidos grasos poliinsaturados importantes para nuestro organismo, son esenciales, porque al igual que los Omega 3 nuestro organismo no los puede producir por sí sólo y necesariamente se deben incluir a través de la dieta.
Están presentes en muchos alimentos: nueces, cereales, semillas (girasol, maíz, zapallo, sésamo, nuez, maní), pan integral, la mayoría de los aceites vegetales como: girasol, uva, sésamo y maíz, huevos, uva, palta, aceitunas, germen de trigo, alga espirulina.
Para aquellas personas que todavía no han optado por una dieta vegetariana, los pescados de mar también son una fuente importante de Omega 6.
Beneficios de los Omega:
La ingesta de alimentos que contengan estos ácidos grasos esenciales protege los sistemas cardiovascular, nervioso y articular. Reducen los triglicéridos, disminuyen el colesterol LDL o malo y aumentan los niveles de colesterol HDL, bueno o cardioprotector. Ayudan al buen funcionamiento del corazón y del sistema cardiovascular. Previenen la formación de coágulos en las arterias y disminuyen levemente la presión arterial, fluidifican la sangre y protegen contra los ataques cardíacos, apoplejías, derrames cerebrales, anginas de pecho; regulariza el ritmo cardíaco y previene arritmias.
Tienen un efecto antiinflamatorio, comparable a los medicamentos alopáticos y no tiene ningún tipo de efectos secundarios, en la artritis reumatoidea, enfermedades autoinmunes, neumonía bacteriana, eczemas, psoriasis. Ayudan a disminuir los dolores menstruales. Estimulan el sistema inmunológico. Favorecen un buen crecimiento del sistema nervioso del bebé durante el embarazo, su consumo será beneficioso para la mama y el bebé, no sólo en esta etapa sino también en la lactancia. Contribuyen a mantener el equilibrio mental y evitar o mejorar la depresión. Son esenciales para el desarrollo del cerebro y la retina. Protegen contra algunos tipos de cánceres, como el de mama, próstata y colon.
Proporción entre ácidos grasos Omega 3 y Omega 6.
La deficiencia de la mayoría de ácidos grasos Omega 6 en la dieta no es muy frecuente, porque son muchos los alimentos de consumo habitual que contienen este nutriente; el problema muchas veces reside en el exceso de su consumo o el de su ingesta mediante los alimentos procesados.
Se encuentran también en carnes de animales que lo han consumido y tanto la industria alimentaria como la producción animal, utilizan granos ricos en Omega 6.
De esta forma se recibe un aporte adicional que desequilibra la relación entre los ácidos grasos. Es fundamental evitar todas las fuentes industrializadas de Omega 6 que resultan nocivas para la salud y optar por alimentos saludables que lo contengan.
Los niveles excesivos de alta concentración o consumo de Omega 6 están relacionados con ataques al corazón, ACV, artritis, osteoporosis, inflamación, cambios de ánimo, obesidad y cáncer, para un correcto funcionamiento del organismo se tiene que establecer la relación correcta entre los ácidos grasos esenciales Omega 3 y Omega.
Lo importante es que la dieta tenga cantidades equilibradas de los dos tipos de ácidos grasos esenciales, cuatro partes de Omega 6 por una de Omega 3, porque ellos actúan en conjunto para mantener el organismo sano, incrementar notablemente las defensas y evitar complicaciones para la salud.
Fuente: crecer o perecer