Máximos exponentes de la contracultura y el movimiento hippie en la década de los sesenta, los estadounidenses “Grateful Dead” se consolidaron como una de las bandas más innovadoras, peculiares e insólitas que ha visto nacer la historia musical contemporánea. Muy influenciados por la psicodelia, fusionaron con gran éxito un elevado número de estilos como el folk, rock, blues, jazz o country. A nuestro juicio, Grateful Dead ha sido un grupo único, unos inolvidables reyes de la improvisación que fueron capaces de realizar “jams” absolutamente magistrales, elevando la música hacia el infinito.
Expatriados del “mainstream” y de las corrientes comerciales del momento, los Grateful Dead pronto se hacen con un lugar importante dentro de la escena musical de los sesenta y setenta. Originarios de San Francisco (California) y liderados por el guitarrista Jerry García, los Dead comienzan a abrirse camino de manera brillante en una época dominada por formaciones británicas como los Rolling Stones o The Beatles. El carismático Jerry García jamás quiso asumir el rol de liderazgo de los “Grateful Dead”, y en ocasiones cedía todo el protagonismo a su banda. Pero su fuerte personalidad y marcado carácter, le llevaron a que el público le viera como un icono legendario y de paso, se convertía en una de las figuras más emblemáticas del rock.
El verdadero poder de los Grateful Dead residía en sus conciertos en directo, en los que obsequiaban a los fans (conocidos como “Dead Heads”) con larguísimas jams y una música auténticamente delirante, impregnada de blues, rock, bluegrass, folk o psicodelia. Y en 1971, sale a la luz este excelente “Skull And Roses”, un doble álbum en vivo publicado por el sello Warner Bros Records y que incluye once pistas.Como ya es costumbre, haremos una mención especial sobre los músicos que hicieron posible esta obra: Jerry Garcia (guitarra, voz), Bob Weir (guitarra rítmica y voz), Phil Lesh (bajo y voz), Ron “Pigpen” McKernan (órgano, armónica y voz), Bill Kreutzmann (batería) y el fantástico pianista estadounidense Merl Saunders arropando a los Grateful Dead. Merl Saunders, ha trabajado con artistas de la talla de Paul Pena, Michael Bloomfield, B.B. King o Tom Fogerty.
Abre el disco en con “Bertha”, un tema pegadizo y poseedor de bellas melodías. Seguidamente, el country toma protagonismo con “Mama Tried”, una espléndida versión de un éxito de Merle Haggard. Llegará nuestro querido blues con “Big Railroad Blues”, canción en la que al guitarrista Jerry García no le supone impedimento alguno que le falten dos tercios de su dedo corazón en la mano derecha.
Continúan con “Playing in the Band”, uno de los puntos álgidos del álbum y todo un clásico en el repertorio de los Dead. Este tema, apareció por primera vez en este “Skull & Roses” y con el paso del tiempo, lo usaron habitualmente en sus shows.
“The Other One”, capta a la perfección la esencia musical de los Dead, con dieciocho minutos de duración y un gran solo de batería en sus inicio, sin dudarlo nos encontramos ante una antológica “jam”, que lleva el sello inconfundible de sus singulares creadores. Y ocupa toda una cara del vinilo…
De sencillamente espectacular, podemos calificar el “Me & My Uncle”, propiedad de John Philips (ex miembro de The Mamas & The Papas), al igual que el “Me and Bobby McGee” de Kris Kristofferson. Y no podía faltar el homenaje al rock and roll de los cincuenta con una magnífica versión del “Johnny B. Goode” de Chuck Berry. Una cierta sensación melancólica nos invadirá con la balada “Wharf Rat” para cerrar el disco con “Fade Away/Goin’Down The Road/Feeling Bad”, con unos grandes punteos guitarreros de Jerry García.Su característica portada, en la que podemos visualizar una calavera coronada con rosas, fue un trabajo de Alton Kelly y Stanley Mouse, dos importantes artistas de psicodelia. Los álbumes de Grateful Dead, también se han caracterizado por sus impactantes carátulas, consideradas objetos de culto para los coleccionistas de rock.
Desafortunadamente, el guitarrista Jerry García (descendiente de gallegos, su abuelo era coruñés) padecía una fuerte adicción a las drogas y al LSD. En 1995 fallece de un ataque al corazón a los 53 años de edad y los Grateful Dead anuncian su disolución definitiva. Como dato anecdótico, el lugar de su muerte se produce en un centro de rehabilitación de Forest Knolls, California en el condado de Marin. Fruto de la casualidad o designios del destino, pero el nombre de esta localidad, coincide con el municipio gallego de Marín en Pontevedra.Y así concluye esta aventura sonora de los particulares “muertos agradecidos”… Pero su extraordinaria música, permanecerá eternamente viva al paso del tiempo. Con un curioso nombre, bautizaron a la banda y según cuenta la leyenda, procede de tradiciones folclóricas arraigadas en varios países de Europa… ¿Quizás le contó su abuelo gallego historias da nosa terra de meigas?…