Gravedad
Se deja caer a los brazos del suelo de plástico y se sujeta con fuerza, exprime sus fuerzas para pisar la tierra desafiando la brisa que le empuja a volar hacia otro mundo.
La aguja de la báscula se clava en mi corazón al señalar fríamente el número 3. Tres kilos de peso, equipaje demasiado ligero para un joven que hace ya 3 años que lucha por sobrevivir en la tierra.
3 kilos que se consumen en cada respiración, cada latido es un aliento más de vida oxigenada, y uno menos de masa muscular. Un fino equilibrio roto al no poder ingerir las calorías que requiere para hacer latir su corazón. No queda otro remedio que combustionar el propio cuerpo para que el corazón siga latiendo, la sangres siga corriendo por las venas y alimentando de nutrientes y oxígeno el cuerpo que se hace cada vez más liviano.
No es solo un cuerpo, es una vida, es un nombre propio, es Kufa, es una mirada adulta encarcelada en un cuerpo de niño. Es un sufrimiento, tristeza que no ha escogido. Tan sólo por haber nacido en un poblado del sur de Etiopía en una humilde familia.
Kufa representa la lucha por la vida de todos los niños y niñas que sobreviven, y los que se lleva el camino en el olvido, y también a nosotros, porque no podemos olvidar que ya sea Etiopía, Yemen o cualquier rincón son también parte de nosotros.
Hoy muere algo en mí.
Con el proyecto nutricional del Hospital Gambo por un lado atendemos la emergencia humanitaria a través de la unidad terapéutica nutricional donde ingresan los niños y niñas con desnutrición aguda severa complicada y reciben el cuidado intensivo médico y de enfermería 24 horas al día y la leche terapéutica nutricional cada 3 horas.
Por otro lado, realizamos un trabajo en la comunidad mediante las agentes de salud comunitaria para combatir la desnutrición de raíz a través de la mejora de la alimentación.