Ayer Grecia celebró elecciones generales.
Esta información, que hoy no supone ninguna novedad para ninguno de nosotros ni nosotras, hace diez años -por ejemplo- hubiera sido toda una novedad para la mayoría de los europeos, ¿quién sabía cuándo celebraba Grecia elecciones?.
Sin embargo, en las elecciones de ayer, parecía que nos estábamos jugando el futuro de Europa a una sola carta, de eso ya se encargaron los gobiernos y los medios de comunicación, en un ejercicio de manipulación anti democrática sin precedentes.
Pues bien, las elecciones se celebraron y ganaron los que quería la derecha; pero hoy nada ha cambiado, la prima de riesgo española e italiana siguen disparadas; la deuda griega hay que pagarla y Alemania volvió a ganar al fútbol. Como siempre.
Y es que ese era precisamente el objetivo de los gobiernos europeos, que todo siguiera como siempre, que los países sigan arrodillados ante los mercados y que la ciudadanía, presa del miedo, sea incapaz de revelarse ante un sistema que es el que nos está llevando a la ruina.
Los permanentes rumores sobre la voluntad (inexistente) de Syriza de sacar a Grecia del euro y de operaciones de bancos centrales para poner en marcha corralitos a la griega, han sumido a la población helena en tal situación de miedo que le han vuelto a dar la mayoría al partido que los llevó de cabeza a la situación de ruina en la que ahora están.
Los grandes poderes económicos europeos ya no se conforman con arruinar países, quieren también controlar sus gobiernos y para ello están dispuestos a lo que haga falta, manipulación, mentira, amenazas financieras...
Eso sí, luego lo llaman democracia. (Que viene del griego, por cierto)