La mañana en que dejamos Atenas nuestro corazón andaba a saltos de saber que pronto íbamos a estar navegando las aguas del Mar Egeo cual Odiseo o Menelao.
Pero nuestra ruta no nos llevaría a Persia ni llegaríamos hasta Troya, si no que nuestra primera experiencia isleña tendría lugar en CRETA, la isla más grade de toda Grecia.
Mar Egeo
Pero las ganas y la emoción se nos pueden quitar de un plumazo si no asimilamos rápido un concepto básico: los ferries son caros. Algunos más, otros menos, y depende mucho del tipo de billete que compres. Hay billetes más baratos que te permiten solamente sentarte en las sillas del “deck“, la cubierta, o buscarte un rincón por el suelo en el interior del barco. Para los viajes largos esto es una pesadilla, especialmente si el mar se agita y te encuentras mal, el viento es fuerte y frío y encima te toca un grupo enorme de adolescentes desbocados gritando en francés y fumándote en la cara (suposición basada en hechos reales, jeje). Pero para los viajes más cortos es una buena opción, pues la diferencia de precio es bastante. Hay también billetes algo más caros que te permiten sentarte en un sillón tipo “avión” (aunque en realidad mucho más amplios y cómodos). Y por último hay billetes para ir en cabina, con una cama y todo. Estos últimos son los más caros y nosotros no hicimos ningún viaje en esa clase.
Los precios se doblan si tenemos la intención de llevar un coche en el ferry, por lo que nosotros preferimos no alquilar coche para las islas, y hacerlo cuando regresásemos al interior.
Una vez asimilado esto…¡Calderer@s a la mar!
Para salir de Atenas por barco tenemos varias opciones, como por ejemplo el puerto de Rafina, aunque queda bastante más lejos de la ciudad y solo se puede llegar en autobús. El puerto de Pireo, en cambio es fácilmente accesible en metro (desde Omonia apenas 30min) y cuesta 1,40€. Además es el puerto más grande de la metrópolis y el que ofrece un mayor número de salidas y destinos.
Nosotros viajábamos con la compañía Minoan Lines, que opera gran parte de los ferries que van a Creta. El ferry (de 7 horas de duración) nos costó 36€ por persona en clase asiento de avión.
Ferry “Knossos Palace” de Minoan Lines
La principal ciudad de Creta es la bulliciosa IRAKLIO o Heraclión, que es a la vez la capital y el puerto más activo de la isla. Es una ciudad llena de historia, pues ha pasado por el dominio de árabes procedentes de Alandalus, venecianos de Italia, otomanos de Turquía y por supuesto en la antigüedad fue el mayor centro de población de la civilización minóica en Creta.
Pero la razón principal que atrae a los viajeros como nosotros a Iraklio, no es su historia (aunque tiene algunos rincones interesantes que visitar) sino su cercanía al famoso Palacio de Knossos.
Lo primero que uno ve prácticamente conforme se aleja del puerto hacia el centro de la ciudad es la imponente silueta del Kastro o fortaleza veneciana Rocca al Mare que sirvió en el pasado como defensa a la entrada del puerto.
Fortaleza veneciana Rocca al Mare
Una curiosidad sobre la llegada a la ciudad desde el puerto es que el camino hacia el centro de la ciudad está pintado en el suelo con una flecha amarilla que te va guiando a través del tráfico y los cruces. ¡Muy útil para el viajero recién desembarcado y un poco desorientado!
En Creta fue la primera vez que empezamos a notar el aumento de precios que viajar a las islas conlleva. Si Atenas en un momento dado puede parecer barata, se acabó el chollo en las islas. Una habitación doble (eso sí, con baño) 50€ en el hotel Mirabello. Al menos, había una pequeña cocina que no es para el uso de los huéspedes, (si no para preparar el desayuno que hay que pagar a parte) pero que nosotros utilizamos un poco a escondidas para usar unos platos y cucharas, y tomarnos la sopa que preparábamos en la habitación con la hervidora. Eso es otro “lujillo” de las habitaciones que tienen café y té de cortesía.
Tras instalarnos en nuestra habitación, salimos a dar un paseo a conocer lo que Iraklio tenía que ofrecer y también a ver la Luna que esa noche sería llena y ofrecería un precioso espectáculo sobre el mar Egeo.
- La Logia Veneciana es hoy la sede del ayuntamiento de la ciudad y cuando la visitamos, en el pórtico había una mini orquesta de cámara callejera amenizando a la gente.
Logia Veneciana
- La Fuente de Moronsini o Fuente de los Leones que tiene más de 400 años y está decorada con distintas figuras de la mitología clásica.
Fuente de Morosini
- Los antiguos astilleros venecianos, también conocidos como los arsenales. Hoy en día se encuentran rodeados de casas y edificios.
Arsenales venecianos
- Iglesia de Agios Titos, dedicada al primer obispo de Creta.
Iglesia de Agios Titos…¡y la Luna! :)
Llegamos por fin al paseo que lleva a la fortaleza veneciana, y allí nos paramos a contemplar el anochecer y la Luna llena brillante sobre el puerto de Iraklio y el mar Egeo. Fue un bonito momento de bienvenida a las islas griegas. Esa misma luna estaba brillando aquí en España sobre una cabecita que apenas acababa de llegar a este mundo y ya se encontraba con que en el cielo pueden pasar estas cosas tan maravillosas.
Luna llena en el puerto de Iraklio
Anochece en Iraklio
Luna llena sobre el mar Egeo.
Rocca al Mare
Al día siguiente nos esperaba una visita arqueológica de esas que te da cosquilleo en el estómago pensarlo, pues el Palacio de Knossos no solo tiene 4000 mil años de antigüedad, si no que además encierra ese algo misterioso que tienen los mitos y leyendas del pasado. Un rey, un laberinto, un minotauro… ¡próximo episodio en El Caldero!
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