¡Buenos y calurosos días, para variar!
No sé el resto, pero yo cuando pienso en destinos vacacionales de playa lo que se me viene a la cabeza son las típicas casas de piedra en Formentera o las casas encaladas en Grecia, tan blancas ellas y enfrente del mar...
Pues esta casa griega de más de 300 años, en Doli-Mani exactamente, combina ambas características: muros de piedra y un interior típicamente griego en blanco, con acentos de verde aguamarina, textiles de algodón y suelos de madera sobre los que caminar descalzo.
Como curiosidad, decir que para su renovación se ha seguido el proceso constructivo tradicional de la zona, con muros de hasta 50 cm de espesor.
Típico de estas casas viene siendo el momento en el que pensamos que ésta ya no puede mejorar y aparece un jardín impresionante en el que, al menos yo, me imagino cenando, desayunando, tomando el aperitivo... Lo que haga falta, vaya, durante todo el verano y más allá.
¡Ven a mi, brisa fresca de las islas griegas!
Imágenes vía Aiólou Architects, responsables de la rehabilitación.