Revista Diario
Esta semana hemos tenido ya dos nochecitas toledanas. Y ando un poco despistada porque no sé qué le pasa al Chiquinini. Tiene algunas pesadillas, pero aparte de eso se desvela y se altera muchísimo. Llora a grito pelado y a veces dice “pupa”. Me desconcierta que durante el día está bien, pero pienso que no son sólo pesadillas y que algo le duele. Creo que puede ser alguna muela, pues las tiene todas a punto, con las encías ya blancas. Pero él me dice que le duele el oido, la oreja, cualquier cosa. Quizá es un dolor disfuso que él no sabe localizar.Esta noche habremos dormido 4 o 5 horas. Y mal, porque no paraba de moverse y quejarse. Lógicamente esta mañana estoy agotadilla. Cómo sería el escándalo, que creo que hemos despertado a medio vecindario, seguro porque empecé a oir cisternas y grifos a aquellas horas intempestivas. La segunda parte que me preocupa entre comillas es que este fin de semana lo vamos a pasar en una casa rural con dos de mis amigas del colegio y sus familias (acontecimiento donde los haya porque cada vez nos vemos menos). Si mi Chiquinini tiene una noche como la de hoy aquello va ser un follón, con 3 niños más, no va a dormir nadie en 10 km a la redonda.Espero al menos dar con lo que le pasa a mi peque. Podría ser también que le estuviera rondando algún virus. El caso es que pasó el día muy bien y por la noche se transformó. Me tengo un despiste...