Ya de vuelta en tierras ibéricas es un buen momento (antes de volver como mínimo vía blog) a África para ver que tal ha ido por estas tierras a medio camino entre dos continentes. Los turcos, encantadores, agradables, acogedores. Es cierto que se les esta pasando su ímpetu europeista pero a ver quien tiene ganas de entrar en un tren que parece va camino de descarrilar. El terremoto les ha dolido pero no ha fracturado el país. Un mala pasada de la naturaleza pero como su nombre indica, natural.
En cambio, aunque no hayan tenido casi grietas lo que tienen es una cicatriz casi en el alma llamada Kurdistan. Porque no puede ser que el mayor pueblo del mundo sin estado, con casi 25 millones de personas no pueda, no solo tener una cierta autonomía, sino no poder proteger su cultura en algo tan sencillo como enseñar el kurdo en las escuelas.
Los turcos tienen esa doble personalidad con esta parte de su país. Por un lado afirman tranquilamente que los kurdos son turcos, comprenden que se definan más regionalmente pero los quieren asimilar como si fuesen una nacionalidad más dentro de su estado. Por otro, es evidente que el estado invierte menos en esta zona y salvo la ciudad de Van, toda la provincia parece anclada en la Edad Media, pueblos sin centros de salud y con menos infraestructuras que otras partes del país. No hay televisión kurda, ni enseñanza y hasta hace unos años defender los valores culturales kurdos estaba penalizado.
En estos últimos años se ha normalizado algo la situación pero la sensación de represión que tienen muchos kurdos (justificada o no) está ahí. La solución no se vislumbra a corto plazo. Las noticias sobre Kurdistan se silencian y cuando sale alguna es para señalar que el PKK es una organización terrorista activa. Menos mal que a nivel personal no he visto "odio racial" entre ambos pueblos, turcos y kurdos, solo contra las autoridades turcas por parte de los kurdos a las que acusan de dejarles olvidados y represaliados.
Difícil solución. O no. Cierta autonomía, un mayor respeto cultural y más transparencia por parte de las autoridades turcas aliviaría la situación. Mientras tanto, los kurdos siguen esperando.