Susana Martínez
El mundo ha sido testigo fiel a lo largo de los años, como el imperio norteamericano aprovechándose de su poderío, ha recurrido a las guerras por su afán de ser el dueño del mundo; así de esta forma proteger su supremacía tanto militar, política y económica. Esto le ha tocado de cerca a pueblos hermanos, como: Guatemala, Granada, Nicaragua, panamá entre otros.
Nuestro libertador lo presagió hace más de 200 años. Por tal motivo, aún sigue vigente, esta aspiración macabra de los gringos. El actual presidente de ese país, está haciendo lo que están acostumbrados hacer por siglos, no nos puede caer por sorpresa su reciente sanciones hacia nuestro país. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos que el norte necesita del suero petrolero para seguir siendo potencia.
Es útil preguntarnos como pueblo, qué hacer ante esta nueva arremetida. Porque la respuesta debe ser contundente, no fue en vano estos 16 años de revolución, donde aprendimos a organizarnos, tendiendo ese sentido de pertenecía que nos ha llevado a ser lo que somos. Es necesario poner en práctica esa formación de conciencia revolucionaria. La pregunta es ¿Quiénes van a llevar el morral del comandante, para defender esta patria? En este sentido, debemos seguir alzando esa bandera de libertad, que nos las legó aquellos hombres y mujeres, que les tocó la primera parte de esta historia, como fue descolonizarnos del imperio español. Ahora más que nunca debemos recordar lo que nos dijo el comandante, que para seguir teniendo patria necesitamos: “unidad, lucha, batalla y victoria”
Aunque algunos adversarios piensan, (con la ingenuidad que los caracterizan), no me refiero a los mal llamados líderes de la oposición, sino a sus seguidores, que los gringos sólo le van a lanzar bombas a los revolucionarios. Sin embargo, lamentablemente no es así, en una invasión tipo norteamericana, nos afectará a todos por igual. Pero, allá ellos, con sus incoherencias.
En definitiva, los que amamos y nos duele esta patria tenemos que luchar, cerrar filas y gritar a viva voz: Gringo go home.
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